Residente en Ceuta, la profesora Paloma Monsonís elabora en castellano la versión de El incensario, novela que refleja la vida en el suburbio de Casablanca
Sus pies desnudos tocaban el azulejo deslucido. Tal es el arranque de El incensario, la primera novela del escritor y artista marroquí (Fez, 1952) Omar Berrada, elaborada originariamente en francés y traducida al español por Paloma Monsonís Andreu, profesora durante años del Instituto Español de Casablanca, ciudad en la que se afincó entonces y a la que espera regresar para volver a ejercer la docencia y desarrollar diversas actividades culturales y educativas.
Mientras, vive (y trabaja) en Ceuta, ciudad en la que asimismo y en cierta manera promociona la difusión de una novela "muy rica, atractiva y cruda". "Situaría El incensario", cuenta Monsonís, "en una corriente realista y naturalista pues Berrada cuenta la vida en una gran ciudad de Marruecos, en concreto la periferia de Casablanca, y narra la vida de los desheredados, de la gente que desde que nace tiene un destino sin condiciones dignas para seguir hacia adelante, sin acceso a una educación, personas metidas en este problema del que no saben ni pueden salir". "Pero el destino es inexorable, dice el autor en la obra", añade sin querer profundizar más sobre una trama que los ceutíes podrán descubrir en la Librería Cervantes, donde se venden ejemplares.
"De modo que es una obra que relata con crudeza, pero al mismo tiempo con una delicadeza y elegancia en la escritura admirables, una historia dura, una realidad que existe a dos pasos de unas mansiones espléndidas", explica para indicar acto seguido que "éste no se trata de un problema exclusivo de Casablanca sino que barrios marginales los hay en todas las ciudades del mundo".
"Ceuta está separada con Marruecos por una barrera muy grande, los ceutíes no conocen Marruecos", cuenta también la profesora, que añade al respecto: "Sería muy interesante que hubiera un mayor intercambio cultural entre ambos países y ahí Ceuta debería jugar un papel importante".
Asimismo, la traductora señala que "el libro aun escrito originariamente en francés está pensado en dariya y esto es muy interesante porque de ahí nace una prosa poética muy típica en los escritores árabes. El árabe es un idioma con mucha poesía", recalca Monsonís quien durante el proceso de traducción ha estado en contacto permanente con Berrada.
La profesora valenciana señala otro de los aspectos fundamentales a tener en cuenta antes de leer El incensario: "Omar Berrada, marroquí residente en el país, da una visión de Marruecos desde Marruecos, un aspecto novedoso e interesante pues gran parte de los occidentales tienen una visión del Magreb a través de occidentales. Por ejemplo, a través de Paul Bowles o Juan Goytisolo, que dan visiones muy fidedignas, válidas y magníficas pero desde fuera", valora para concluir Monsonís, traductora de una novela sobre el infortunio de personas sin recursos pero con alma.