Wyoming y los Insolventes tuvieron solvencia. La Sala estaba llena. Público preparado para escuchar a uno de los presentadores más ácidos de la actualidad informativa, pero esta vez sin traje. Con una camisa de lunares y su guitarra Gibson Les Paul negra como acompañante, Wyoming quebró su voz para demostrar que el rock también puede decir mucho y más si se versionea con ganas.
Hubo de todo, pero sobre todo, grandes clásicos. Desde Rosendo, a Van Morrison, Los Ronaldos, Bob Dylan, Chuck Berry ... Dos horas ininterrumpidas de buena música, la de siempre y la que nunca pasa de moda. Y al grito de “otra, otra”, Wyoming y sus acompañantes, que en la madrugada del sábado deleitaron en solitario a los que decidieron acercarse de nueva a La Sala, culminaron el espectáculo con el Like a Rolling Stone coreado por todos. Aplausos. Y entre los asistentes, sorpresa porque “no nos esperábamos que íbamos a pasar un rato tan bueno” y porque “lo vive y se nota que le gusta y eso es lo que se transmite”.
Ahora, Wyoming y su inglés, un dueto no muy bien avenido, pero qué importaba eso cuando el rock suena como tiene que sonar. Por cierto, la ley antitabaco una gozada. Disfrutar una cita de altura sin olor a tabaco, ayuda.