Lo hemos denunciado en muchas ocasiones. Mi admirado José Manuel Pérez Rivera lo ha puesto de manifiesto en un montón de artículos de opinión y reportajes publicados en este medio. Con ellos hemos sacado a la luz la ruina premeditada, ese punto y final al que llegan algunos edificios emblemáticos de esta ciudad por puro deseo. Es como un asesinato arquitectónico pero a fuego lento. Dejamos poco a poco que se vayan empobreciendo, muriendo, cayendo, destrozando edificios señoriales hasta que ¡bingo!, tienen que ser derribados porque están en ruina y, claro, ya no cabe rehabilitación, ni cuidado, ni protección. Nada de nada.
Se están cargando Ceuta. Poco a poco. Esto también con premeditación y alevosía. Las máquinas se han llevado por delante edificios históricos que dejaron morirse, la protección sucumbió a otros intereses, y se pasó página a unos rincones que ya solo se encuentran y descubren en los libros. No bastaron las voces críticas de las asociaciones como Septem Nostra, ni los reportajes, ni las denuncias. Interesaba el poder del derrumbe para calor, cobijo y cabida a las nuevas construcciones. No tenemos personalidad ya ni de pueblo. Ya no tenemos ni esa característica propia de nuestros barrios porque se la han ido cargando poco a poco, con premeditación y alevosía.
Hace unos días Ricardo Lacasa (cuánta falta nos haces en este pueblo y qué acertados son siempre tus escritos) se hacía eco del estado en que se encuentra el Pabellón Cuartel de las Heras, considerado BIC, que debiera estar protegido como tal. ¿Qué queda ya de él? Más bien nada. Se está cayendo poco a poco, ha sido cobijo de inmigrantes, foco de desahogo de las mujeres de vida alegre, pudridero de latas de cerveza y basura que se arroja a su alrededor... ¿Cuántas veces hemos advertido de esta situación? No hacen nada. Mejor dicho, no hacen nada deliberadamente, con premeditación, con alevosía. Hasta que un día acudamos a cubrir su caída completa... entonces ¡bingo!, ya no habrá ningún BIC desprotegido que proteger y se podrá hacer lo que a uno le venga en gana.
Y así con todo. Así desesperadamente con muchas marcas de este pueblo, muchos rincones de nuestros barrios, de una ciudad caótica, de grandes obras y grandes olvidos. Las ruinas causadas y creadas por unos pocos que nos duelen a otros tantos pocos.
Algún dia se caerán definitivamente el fortin del sarchal y el de San Amaro. Eso sí, dinero para la Gran Via y chorradas varias por supuesto.
Párrafos del artículo: "LA CASA DE LOS 13 BALCONES"
.
__No acierto a comprender el porqué de la falta de sensibilidad de aquellos que rigen el Consistorio (Ciudad Autónoma), para con nuestro paisaje urbano que ha ido conformándose con los siglos, como pudieran ser barrios y edificios de la ciudad antigua que han sido arrasados para no quedar nada, absolutamente nada. No; no acierto a comprender tanta ferocidad contra nuestro patrimonio cultural, que ha dejado a Ceuta huérfana de mostrar algún vestigio de aquella Ceuta de principios de siglo, salvo las Murallas Reales. Todo el centro histórico de nuestra urbe, en lo que se dio en llamar la “ciudad vieja” que creció entre el Puente Cristo y el Puente Almina, fue derruido hasta no dejar ningún vestigio de que allí un día existió una ciudad primigenia al resguardo de sus murallas. Por destruir hasta derruyeron la Casa Misericordia del siglo XVI, sucursal de la matriz de Lisboa, dedicada a los menesterosos, para posteriormente pasar a ser convento, asilo y escuela pública.
__Al parecer, a esta antigua casa de 12 balcones más el central, no le espera mejor suerte que la piqueta, y dejar en el olvido el pretérito insoslayable de un tiempo atesorado en sus estancias y en su ventanales abiertos a la luminosidad de los primeros rayos en el alba, y al titileo de los astros en la profundidad de las mil y una noches cuando la luna -extraña y rozando el horizonte- apagaba su farol.
__Desde estos párrafos abiertos a la esperanza, queremos dejar constancia de la inconveniencia y de la irresponsabilidad del derribo de esta casa al borde del mar mágico y esmeralda de las playas de Fuente Caballo y de la Peña. De tal manera que le solicitamos a los responsables de urbanismo del Ayuntamiento y los también dirigentes de los partidos políticos, que no permitan el derribo de este vetusto y bello edificio...
.
Manuel
Sra. Echarri sus comentarios y análisis son siempre pertinentes. Cada vez que voy a mi patria chica me desespero entre otras muchas cosas porque es un horrible desastre urbanístico. Ya no reconozco nada, los lugares de mi infancia han desaparecido así como edificios emblemáticos y rincones que sin ser todos bonitos estaban llenos de vida . Eramos una ciudad tan provinciana como cosmopolita y la hemos convertido en un conglomerado urbano cateto con problemas étnicos.