La reyerta a navajazos ocurrida en la noche del pasado martes, que terminó con cuatro argelinos detenidos y varios de ellos heridos, ha terminado sin consecuencias judiciales, después de que ninguno de los implicados quisiera prestar declaración ni denunciar las agresiones.
Sin prueba y sin las manifestaciones de los implicados, el asunto quedó archivado sin que se haya iniciado acción alguna contra los implicados al no disponerse de acusación.
Los cuatro detenidos, todos residentes en el CETI, fueron interceptados por la Policía del Puerto y Guardia Civil (los tres primeros) y el CNP (al último de los implicados tiempo después cuando fue localizado herido en la avenida portuaria). Ninguno de los implicados ha querido explicar el origen de la reyerta, que viene a enmarcarse en las peleas continuas que mantiene el colectivo de argelinos por causas diversas: desde controlar el aparcamiento, hasta hacerse con un área de dominio. A esto hay que añadir el elevado consumo de sustancias estupefacientes y alcohol o la presencia de menores que son explotados por adultos para la comisión de delitos y que también terminan provocando enfrentamientos.
No es la primera vez que el puerto es escenario de ataques tan violentos como el de marras, ni el uso de armas blancas, lo que ha llevado a críticas entre la Policía del Puerto porque carecen de cualquier medio para defenderse.