Ya es un choteo diario que tiene por objetivo a los Bomberos. No hay día en que los servicios se enfrenten a la quema de rastrojos que, curiosamente, se producen de forma intencionada siempre en los mismos puntos. Esta práctica que comenzó a producirse hace un par de veranos continúa en este, desgastando los servicios y provocando, de forma indirecta, un riesgo para la salud pública de todos, ya que los agentes del SEIS se ven obligados a atender estos focos mientras pueden dejar desatendidos otros que pudieran producirse. Los terrenos de la antigua cárcel de mujeres (en el Sarchal) y el entorno de la penitenciaría de Los Rosales acogen incendios de rastrojos prácticamente a diario. Son provocados siempre a las mismas horas, por lo que se sospecha que detrás de ellos hay adolescentes que de camino a la playa o a su regreso se dedican a provocar este tipo de siniestros. Ayer se volvieron a producir salidas precisamente a estas zonas para apagar las llamas, teniendo que invertir, en el caso de las cercanías de la prisión, más de dos horas en dejarlo controlado. Los Bomberos, al margen de denunciar estas prácticas, protestan porque se ha convertido en una tónica habitual que no tiene más objetivo que el chotearse de ellos y terminar descontrolando los servicios.
Este verano además, debido a las elevadas temperaturas, el riesgo de incendios es mayor y este tipo de actos vandálicos puede terminar en sucesos de mayor envergadura.