Muchas son las críticas que el Partido Popular está recibiendo de aquellas voces silentes con el anterior Gobierno. Esto es algo que ya esperaba pero no por eso deja de llamar mi atención que aquellos que fueran la sordera más absoluta se hayan tornado en olvidadizos vociferantes.
A nadie le gusta que nos suban las tasas e impuestos, les aseguro que ni a los mismos que aprueban estas subidas, pero gobernar implica tomar decisiones duras e incluso contradictorias con un programa y en clara refutación de la base ideológica que sustenta a este gobierno. Pero, para nada esas voces han reconocido que la posición Española en el mercado de valores ha mejorado considerablemente, lo ha hecho reiteradas veces y nadie ignora que eso es debido a las reformas que el Partido Popular ha emprendido.
Lo que parece pasar de puntillas es la prioridad del Partido Popular por recuperar el empleo, especialmente en aquellas zonas donde se ha convertido en una lacerante pérdida regional, en el sur de España.
Ha sido el Partido Popular de Andalucía quien ha propuesto entre otras disposiciones, nueve puntos, que en la medida de lo inmediatamente posible, el Partido Popular pondrá en marcha y por supuesto que afectará decididamente a Ceuta. Las medidas son: Una ley de disciplina presupuestaria para controlar el gasto, la reforma del sistema financiero para que las empresas accedan al tan necesario crédito, un necesario calendario de la administración pública para el pago a proveedores, la desaparición gradual del Impuesto de Sucesiones y Donaciones (algo que ya viene sucediendo en Ceuta), la eliminación de la burocracia para permitir la constitución de empresas en 24 con una “licencia express”, el cambio del régimen del IVA para que las empresas no lo paguen hasta que no cobren las facturas (de modo similar a lo ya tratado por la Asamblea de Ceuta para el IPSI), un “Plan Concentra” para la internacionalización de empresas, deducciones fiscales y bonificaciones para la contratación y una auditoría a las políticas de empleo de la anterior administración.
Todos los ciudadanos de España nos movemos entre dos modelos de gobierno, entre dos proyectos de futuro: uno, el modelo socialista, el inmovilista, el que apuesta por seguir gastando lo mismo, la deuda, el déficit y por tanto recaudar más y estrujar aún más los bolsillos a los ciudadanos. El otro modelo, el modelo de la derecha española, aboga por pagar nuestras deudas, cerrar un ciclo económico y comenzar una nueva andadura con profundas reformas que nos hagan avanzar por la senda de la austeridad del gasto y la responsabilidad personal y política de los gestores públicos.
No es la primera vez que en España la izquierda se significa con el inmovilismo, pero si es la primera vez en la historia de España que un Gobierno está interesado en abrir causas penales a aquellos políticos que realicen una mala gestión, y eso lo ha hecho la derecha española.