Si ayer hablaba de la revolución que se está viviendo en la Policía Local, hoy, mejor, cabe hablar de auténtica guerra. Y, sorpresivamente, la jefa política del área sin salir, sin comparecer. Y el accidental jefe al que ya ignoran en su propia Casa, callado, esperando cambios. ¿Y los agentes? Viviendo una situación desesperada, en el que las críticas entre unos y otros no han hecho más que comenzar. La difusión, con nombre y apellidos, de documentos internos; la filtración de proyectos en los que hay un grupo que pierde más que gana; la aparición de panfletos; y el temor de quienes ya no saben ni dónde van a terminar con los cambios previstos está teniendo un efecto negativo en el Cuerpo. Bueno, en definitiva, en la Policía Local nunca las cosas fueron claras y el poder sindical hizo de las suyas hasta en asuntos en los que no debería haberse ni posicionado. Pero ahora la situación es distinta, porque ahora se reparten documentos, se conocen informaciones (todas con su sello y su firma para que no haya dudas de que son propuestas en firme, vengan de donde vengan) y hasta se sabe en qué áreas van a producirse los primeros cambios, traslados y pérdidas de pluses, o sea, retirada de dinero. Nunca antes, decía ayer un agente, la Policía había estado tan enfrentada. Los compañeros se critican unos a otros y se abren auténticas guerras por saber quién es el responsable de que determinados nombres aparezcan en una lista de reducciones. ¿Por qué este y no el otro? Las preguntas van cargadas de malas intenciones y demasiado veneno, mientras el Gobierno da su particular ‘espantá’ para no posicionarse, ya que bastante tiene con arreglar el desaguisado con el que lleva lidiando todo este mes. ¿Vergonzoso no?
Las cosas se hacen mal en un gobierno que ha empezado con mal pie este 2012. O el equipo del presidente se ha propuesto hacer mal las cosas o es que su irresponsabilidad llega a un punto en el que se confunde el error con la idiotez en grado sumo. Llevamos un mes intentando ver cómo se ahorra un millón de euros y en ese mes sólo se ha conseguido que todos los sindicatos se unan para pedir la cabeza de Juanma de la Torre, que los trabajadores airados duden hasta de su representación sindical, y que se tenga a toda la administración revuelta. Y encima abrimos frentes con Melilla.