No es la primera vez que sucede que tras un herido de bala y la posterior denuncia de agresión se esconde una lesión accidental.
Es decir, que no ha existido pistolero alguno que, con el rostro tapado, haya atentado contra una supuesta víctima sino que ésta misma es la que se ha causado las lesiones o se las han causado sus amigos mientras estaban manipulando algún arma.
La historia reciente de casos resueltos por la Policía Nacional deja varios en los que el herido ha sido por accidente y que han terminado con la interposición de denuncia por simulación. Pues bien, dentro del abanico de episodios con uso de arma de fuego que se han producido en los últimos meses y que están siendo investigados por la Nacional se sospecha de alguno en el que, por la trayectoria seguida por la bala y el lugar físico en el que se produjeron las heridas, hay un empleo accidental de armas. Otros, con heridos de mayor gravedad o incluso fallecimientos como han sido el caso del vecino de Loma Margarita que aún sigue ingresado en el Puerta del Mar aunque experimentando una mejoría o el del joven Munir abatido de un disparo en el corazón, están siendo investigados por otras vías centrándose en la identificación y localización de los implicados y de sus armas. El uso de menores para la ocultación de las pistolas y de pisos que son usados para guardarlas centran también las indagaciones llevadas a cabo.