La Guardia Civil y la Policía Nacional tienen la encomienda de trabajar coordinados en las investigaciones para esclarecer el origen de las armas que han sido empleadas en los últimos tiroteos y que todavía no se han encontrado. Armas cuyo hallazgo es clave sobre todo para conseguir sentencias condenatorias de los autores de estos episodios delictivos y de las dos muertes violentas registradas en el barrio del Príncipe. Sin pistola, complicado es imputar un delito de tenencia ilícita de armas y, más complicado aún, es colocar las últimas piezas del ajedrez que se tiene encima de la mesa para llevar a prisión a quienes son considerados los autores intelectuales de estos episodios delincuenciales.
Las fuerzas de seguridad tienen constancia de la introducción de una partida importante de armas procedente de la península, que fue parte del pago por un traslado de hachís tras su sustracción de una armería. Son armas que se han utilizado en algunos de los tiroteos ocurridos ya que, en base a investigaciones llevadas a cabo por la Policía, se ha conseguido hilvanar y conectar varios de estos casos. Es decir, se está ante los mismos pistoleros en diferentes escenarios, ya que los casquillos encontrados proceden de las mismas armas o tipo de arma. La conclusión más evidente ante estas coincidencias es que se está ante una serie de tramas que están protagonizando por determinados intereses esta ristra de tiroteos. La clave que falta por resolver se encuentra en la localización de esas pistolas que todavía no han sido halladas por las fuerzas de seguridad aunque se está trabajando en ello desde hace meses.
En el marco de estas investigaciones se tiene constancia del uso de menores para la ocultación de las armas, evitando así que en el momento de las detenciones se encuentre a quienes realmente están implicados en los tiroteos, es decir, los auténticos cerebros de toda esta escalada de violencia que se está sucediendo desde 2009, con las armas de las que la Policía puede sacar datos concretos y relevantes para su posterior imputación. La última junta de seguridad ordenó la realización de controles para la búsqueda de armas. Un paripé visual que duró hasta la llegada de las elecciones y que ha sido sustituido por la presencia, de forma aleatoria, de la UIP en el entorno del Príncipe. De forma paralela las fuerzas de seguridad, por orden expresa del delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, investigan el manejo, posesión, entrada y uso de las armas que, a fecha de hoy, se encuentran en la ciudad.