Óscar Toledo Salas había recibido dos días antes uno de esos móviles que te ofrecen ‘de gratis’ las compañías telefónicas por el módico precio de quedar esclavizado durante 18 meses bajo un ‘contrato de permanencia’.
Pero eso era bueno, porque al fin y al cabo era un Nokia último modelo, con sistema operativo y táctil. Si llegar a la categoría de iPhone, pero con la fiabilidad que da la marca que vende más móviles en todo el mundo.
Pero ese idilio se acabó ayer, cuando Toledo descubrió que la empresa Finlandesa debe de tener los libros de historia actualizados al año 1860. Es decir, en el Puente del Cristo. Todo lo que hay desde ese lugar hasta Punta Almina es España, pero todo lo que hay en dirección al Tarajal. Claro, con la diferencia de que antes todo era campo exterior y hoy día es zona urbanizada.
“Mi pregunta es, si la Policía me para en la Avenida de África, ¿saco el DNI o el pasaporte?”, comentaba con cierta manera este contrariado ceutí, aficionado a las tecnologías, que ya había seguido de cerca polémicas com la de Google Maps. “No sé lo que habrá pasado, la verdad, si ha sido intencionado o un error de transcripción”, explicaba.
Porque lo rocambolesco de estos mapas de Nokia es que se venden por paquetes de países, y Ceuta está, obviamente, en los mapas de España. Es más, al otro lado del Tarajal todo es verde y nada aparece, por lo que si quisiéramos llegar hasta, digamos, Castillejos, tendríamos que comprar el paquete de mapas correspondientes a Marruecos.
Así, en el GPS de la marca con mayor cuota de móviles en el mercado a uno le dicen que la carretera del Serrallo o la avenida Martínez Catena son suelo súbdito de Mohamed VI, pero la calle Jáudenes es, por supuesto, castizamente española. Al igual que la carretera del Hacho. Así, si uno piensa darse un paseo por la playa de Benzú, estará pisando sin duda suelo marroquí.
“No entiendo, es que puede ser una gran confusión, porque los de Ceuta no usamos el GPS, son los que vienen de fuera, a quienes les puede confundir”, explica Toledo. De hecho, lo único que le llevó a este ceutí a descubrir la realidad fue su curiosidad electrónica.