Casi una semana después de los sucesos acontecidos en una de las naves del Tarajal, que se saldó con tres personas heridas y graves y un marroquí señalado como presunto autor de los disparos, el entorno familiar de éste ha querido señalar que días antes de este incidente había sufrido coacciones y amenazas por parte de las víctimas, además de que, en noviembre, sufrió un apuñalamiento que no fue denunciado y del que tardó varios meses en reponerse.
El señalado como presunto autor de los disparos llevaba pocos días de vuelta al trabajo de porteo en el Tarajal y ordenación de bultos cuando ya había empezado a tener problemas con las víctimas. El entorno familiar no sabe nada de su paradero, ni si está en Marruecos o herido y asegura que no disponía de arma alguna, por lo que tampoco saben si fue o no el autor. Asimismo insisten en que desde días atrás se le estaba coaccionando y amenazando.
Las extorsiones y chantajes en las naves están a la orden del día, habiéndose generado un problema delictivo de gran calado.