Dijo Horacio, comentando la fábula de Esopo, que “la montaña parió un ratón” en el parto de los montes. Desde entonces, esa frase suele usarse para referir cualquier cosa insignificante que sucede tras esperar que ocurra algo gigantesco, aunque en España solemos aplicar la frase más castiza nuestra de “mucho ruido y pocas nueces”. Pero me voy a valer de la primera para comentar, a modo de parodia, el minúsculo ingenio de
Mas que é ha llamado “proceso participativo”, aunque suponiendo que en Cataluña lo que el Monte Tibidabo parió el “9-N”no fue un ratón, sino un “OVNI” (objeto de votación no identificado), al no saberse de qué figura electoral se trata.
Los independentistas catalanes se han salido en parte con la suya votando a pesar de que ellos mismos saben que la votación constituye una inmensa ilegalidad, además de ser toda una farsa y una chapuza impropia de un pueblo civilizado. Con ello han retado y echado otro pulso más al Estado, valiéndose de la pasividad, tolerancia y dejación acumuladas de gobiernos anteriores y del actual, y de la ausencia de quien tendría que haber tenido lo que hay que tener para dar un puñetazo en la mesa y aplicar en Cataluña el artículo 155 de la Constitución que legitima al Estado para suspender la autonomía de una Comunidad en semejantes casos. Gran Bretaña lo hizo con Irlanda del Norte varias veces y nadie protestó. Y ayer mismo (escribo el lunes día 10) Mas proclamó que la votación fue “todo un éxito”. Sin embargo, con los datos en la mano, esa farsa de votación ha sido todo un fracaso sin paliativos, sin perjuicio de ser respetuoso con los votantes y los votos. Los separatistas ya contaban a priori con que podría resultar un fracaso que incluso previeron corregir inflando los resultados, porque la llamada Asamblea Nacional Catalana daba estas instrucciones a los suyos: “En las actuales circunstancias hay serias dudas sobre la posibilidad de alcanzar lo deseado. Hemos de explicar como un éxito una participación que puede no ser muy alta y podría no parecernos suficiente. La entidad secesionista considerará un éxito lo que ocurra el próximo domingo, aunque la concurrencia a las urnas esté muy por debajo de sus expectativas. Y no sólo eso, sino que espera que el Govern también avale el resultado de la consulta aun en el supuesto de que acabe fracasando”. ¿Quién se cree así que los datos no se han inflado con un millón de supuestos votantes, como sucedió en la Diada?; máxime cuando han votado en urnas de cartón abribles, con censo no oficial, sin interventores, sin órgano independiente de control, siendo algunos líderes separatistas y del Govern presidentes y vocales de mesa, con la mayor parcialidad.
El censo de electores, según el INE, es de 6.224.140, habiéndose permitido votar a jóvenes de entre 16 y 17 años, a inmigrantes residentes en Cataluña a pesar de que no se permitió hacerlo a los catalanes que viven en el resto de España, y ha casi todo el que quiso votar, expidiéndose tarjetas censales a nombres estrambóticos como Guerrero del Antifaz, Sakira, Pokemon, Bob Esponja, pequeño Nicolás, Colón, Obama, etc. Se obligó a los medios y redes sociales a emitir llamamientos y proclamas en apoyo de la consulta. La Generalidad “dice” que han votado 2.305.290, de los que sólo 1.649.233 han dado el sí a la independencia, lo que no representa ni un 30 %, cuando en el referéndum de la Constitución participó el 91,09 del censo, de los que el 90,43 % le dieron su apoyo votando sí. ¿Puede prevalecer el 30 % del “9-N” sobre aquel 90,43 % de catalanes que aprobaron la Constitución, más 15.706.078 de españoles, que dispone la indisolubilidad de la unidad de España y que la soberanía nacional reside en el pueblo español?. Y han ideado un sistema retardado de votación, haciendo pasar a los votantes hasta por tres mesas para que la foto recogiera grandes colas y dar la apariencia ante el mundo de la asistencia masiva a las urnas.
El simulacro de votación ha estado precedido de una intensa campaña propagandística de intoxicación por TV3, algunas cadenas de radio y pasquines con la archisabida cantinela del “España nos roba”, “el Estado nos expolia”, “los vagos de los andaluces y extremeños (hasta a los ceutíes incluyeron alguna vez) viven a costa del trabajo de los catalanes”, “España es un suburbio de Puerto Hurraco lleno de gente sucia y bajita” (emitido por TV3), o “si nos independizamos dispondremos de 16.000 millones más, tendremos más y mejores pensiones, construiremos más hospitales y colegios, crearemos más trabajo, combatiremos la corrupción y votaremos pase lo que pase y con todas las consecuencias”, etc, manipulando así la conciencia ciudadana y engañando a la gente con un supuesto “derecho a decidir” que el Derecho Internacional niega rotundamente a todo territorio que forme ya parte de un Estado, máxime si está expresamente recogido de forma tan sólida y contundente en nuestra Constitución. Y siendo más de dos de cada tres votantes los que se han desentendido de la “consultita”, con la que se procura nada más y nada menos que la independencia de Cataluña de España, pues no queda sino concluir que, más que un éxito, ha sido lo más parecido a un OVNI desvanecido entre las tinieblas de los sueños secesionistas.
Se ha dicho por Mas que el Gobierno central ha actuado con “abuso de poder”, que ha roto las reglas del juego y se ha saltado la lógica del derecho”; que, en cambio, “por parte de la Generalidad, el proceso se ha impulsado con pulcritud democrática y respeto legal, con democracia y civismo”. Y eso me parece ya el colmo del cinismo, porque, ¿habrá más abuso de poder que desobedecer abiertamente al Estado de Derecho, echándoleel pulso y retándolo una y mil veces?. ¿Hay alguien que se haya colocado más fuera que Mas y los suyos de la Constitución, la Ley, las reglas del juego, la lógica del derecho, las sentencias del TC, del Tribunal Supremo y TSJ de Cataluña?. ¿Acaso no es abuso de derecho y ponerse fuera de todas las reglas lo que ha hecho Mas traicionando la Constitución que ha jurado cumplir y hacerla cumplir y por la que fue nombrado Presidente de Cataluña, queriendo luego él por sí solo decidir el futuro territorial de España?. ¿Es que no es abuso de poder extralimitarse tantas veces Mas y su gobierno en el ejercicio de sus funciones, arrogándose unas competencias y unas atribuciones que la Constitución declara exclusivas del Estado, como la de convocar un referéndum?. ¿Acaso no es abuso de derecho que quien desempeña un cargo del Estado se declare públicamente enemigo de ese mismo Estado, amparándose en el cargo, pese a estarle salvando de la quiebra?. ¿No es abuso de poder contra su mismo pueblo que porque les da la real gana a él y a su cúpula separatista se divida a la sociedad catalana, se promueva el enfrentamiento, el odio y se rompa la convivencia social?. Se ha permitido hasta jalear al pueblo diciéndole que el mayor enemigo de Cataluña es España y que la voluntad de los catalanes está muy por encima de la Constitución, del Gobierno central y de los Tribunales de Justicia, y que, pasara lo que pasara, el “9-N” se votaría con todas las consecuencias. Eso, además de saltarse la Ley y todas las reglas del juego, es también lo más parecido a las figuras penales de sedición y rebelión, aparte de las de desobediencia, prevaricación y malversación de fondos por las que pudiera ser imputado.
Y ha declarado Mas hasta la saciedad que los catalanes son gente seria, que harían todo bien para que saliera bien todo dentro y dentro de la legalidad. Pues si hacer bien las cosas consiste en proceder como el “9-N” lo han hecho, que coja confesados a todos los que cayeran bajo su poder en una hipotética Cataluña independiente, en la que ayer se forzó una votación impresentable e ilegal para levantar un muro entre España y Cataluña, precisamente, el mismo día que la Unión Europea conmemoraba el 25 aniversario de la demolición del Muro de Berlín. Todo ello hace correr a Mas el mayor de los ridículos no sólo en España sino en todo el mundo, siendo objeto de las mofas más ingeniosas y de los chascarrillos más atinados. Y es que no se comprende que pueda ser un dirigente regional una persona tan irresponsable, tan poco seria y de tan poca palabra, diciendo hoy una cosa y al siguiente la contraria, sólo para esconder sus tremendos fracasos y sacar a la consulta el mayor rédito político posible a base de ese esperpento engendrado y de meter miedo, como públicamente declaró tenerlo la Directora del Instituto de Hospitalet que se negó a entregar las llaves, y otras personas. Y si con tanto fanatismo sectario se comporta ahora que sólo es el responsable de una región, ¿cómo se comportaría si fuera Jefe de un supuesto Estado?. Con razón en la Unión Europea y en el mundo le han cerrado las puertas sin querer recibirle, ni escucharle, ni verle. Pero inasequible al desaliento y como si padeciera el síndrome de la idolatría hacia sí mismo, él sigue con su cabezonada y el día 8 ya estaba diciendo que el día 10 escribiría a Rajoy exigiéndole el referéndum de verdad, con lo que implícitamente reconoce que la consulta ha sido una vulgar pantomima y un disparate tercermundista.
Luego, muy gallito él, altanero y arrogante, ha llamado “cobarde” al Presidente del Gobierno, que representa a todos los españoles. Y como un español más, creo que es una bajeza, una descortesía y una absoluta falta de la más elemental educación que debe tener una persona; aunque también pienso que en algo sí acierta Mas, porque al llamar cobarde al Presidente envolviéndose en la bandera de Cataluña y amparándose en el cargo, pues esa se cree que es una de las formas más certeras de llamar a otro lo que uno mismo es. ¿Sería capaz de llamar cobarde a alguien cara a cara, de hombre a hombre, de forma personal y no oficial?. ¿Y estamos obligados los demás españoles a pagar los 130 millones que ese disparate de consulta va a costar a nuestros bolsillos ilegalmente?. De esa forma, uno no tiene más remedio que concluir que son Mas y sus compinches separatistas quienes nos roban a España y a los españoles. Y, desde luego, si no se sustanciaran los presuntos delitos cometidos y no se depurasen posibles responsabilidades, tras haber Más y su gobierno ideado, impulsado, dirigido, aprobado, pagado y ejecutado tal evento con dinero público, pues haría a muchos pensar que la Ley no es igual para todos.
Pero tengo fe en la Justicia para que eso no suceda así, porque a muchos les está poniendo en su sitio.