Año y medio después San Amaro arrastra su obra eterna. Dispone de varios altavoces de distintos tipos que emiten la programación de la radio pública y media docena han sido ya reventados. El efecto en las aves que lo habitan no se ha hecho esperar: los pavos reales y los pájaros se han marchado de la zona en donde se han colocado los altavoces (en la parte superior del parque) y los vecinos ya han protestado por el elevado volumen de la música enlatada cuyos niveles van variando dependiendo de los días y las horas ya que no hay personal que los controle.
Las críticas no se han hecho esperar. A las diversas cartas al director que ya se han publicado firmadas por usuarios del parque que se han topado en sus paseos con los informativos de ‘La Pública’ o la música de moda se añaden las denuncias emitidas a través de los foros de las redes sociales y la aportada por la asociación en defensa de la naturaleza Septem Nostra. Se supone que al estar en periodo de pruebas dentro de unos meses lo que se escuchará no será la radio pública sino los sonidos que más se asemejaban a los que ya hay en San Amaro. ¿Resulta congruente? No lo parece. De momento ante las quejas ciudadanas y la amenaza de recogida de firmas, la Ciudad ni contesta ni anuncia cambios.
Septem Nostra: “Esto es un absoluto disparate”
Ya hicieron públicas sus quejas con la obra del Parque de San Amaro y ahora vuelven a la carga por la instalación de este hilo musical. Para la asociación es “un absoluto disparate” además de un “claro dispendio económico que constituye una auténtica aberración porque se altera el sonido de la naturaleza con música sea del tipo que sea”, explica el presidente de la entidad, José Manuel Pérez Rivera. “No sólo supone una molestia para los usuarios del parque que buscan en su paseo por este lugar reencontrarse con su propia naturaleza, huir del mundanal ruido y recuperar el contacto perdido con la naturaleza, sino que altera el sonido ambiental del entorno afectando a los animales que allí tienen su hábitat natural”, apunta. Pérez lamenta este tipo de decisiones que van en contra de lo que se busca en un parque, huir del ruido, las prisas, la música enlatada...”Sólo una mente dominada por el mecanicismo, el automatismo, la uniformidad, un ser posthistórico desprovisto de humanidad y dominado por el maquinismo es capaz de diseñar y luego encontrar responsables políticos que apoyen la instalación de un hilo musical en unos de los rincones menos antropizados de Ceuta”.