El borrador definitivo del Plan de Inclusión Social (PIS) 2012-2015 que la Consejería de Asuntos Sociales que dirige Rabea Mohamed elevará al Pleno en su Sesión Ordinaria de este mes
reconoce que la problemática de la exclusión social en la ciudad autónoma es un reto “multidimensional” que exige medidas dirigidas a superar, además de “la pobreza económica” de los colectivos más vulnerables, “las dificultades de acceso al empleo, a una vivienda digna y a la Educación”.
Precisamente en el ámbito formativo es donde el documento fija para la Administración local uno de los retos más ambiciosos para el próximo cuatrienio: “Erradicar el analfabetismo y el absentismo escolar y favorecer la escolarización e integración escolar”.
Este “objetivo específico” es uno de los dos que vertebran el más general de “mejorar el acceso y desarrollo de la Educación entre los grupos más desfavorecidos”. “Aunque las competencias sobre el sistema educativo en Ceuta están adscritas al Ministerio de Educación y se ejercen a través de la Dirección Provincial, la multiculturalidad que caracteriza a la población ceutí incide en determinados aspectos educativos como el desconocimiento del castellano y otros que dificultan el acceso a la Educación”, advierte el PIS, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso ‘El Faro’.
Más coordinación y becas
Para mejorar la labor de las instituciones en este ámbito, Asuntos Sociales defiende que “es preciso establecer mecanismos de coordinación entre las dos Administraciones que permitan la detección temprana de situaciones de exclusión respecto de la educación, así como optimizar todos los recursos disponibles para restablecer la continuación del itinerario curricular con normalidad”.
Además de esta reivindicación política, el PIS señala dos instrumentos básicos para acabar con el analfabetismo en Ceuta: el mantenimiento del Convenio ME-Ciudad “para el desarrollo de acciones de compensación educativa y de formación de jóvenes y adultos desfavorecidos” y el sostenimiento con un presupuesto de 4,56 millones de euros al año del programa de becas y ayudas al estudio “escolares, universitarias, europeas y postgrado y subvención al transporte marítimo de estudiantes universitarios”.
El ‘efecto multiculturalidad’
La pluralidad sociocultural de la población ceutí no genera dificultades añadidas sólo en el ámbito educativo, según los redactores del Plan. “La población ceutí se divide principalmente en dos partes diferenciadas en cuanto a la lingüística”, advierte el documento antes de reseñar que “esta división y la posibilidad de existir cohesión social generan problemas en distintos ámbitos relacionados con la inclusión social”.
En el terreno concreto, además de en las aulas, donde se detecta que “las diferencias culturales y lingüísticas generan dificultades con la lengua oficial”, se identifican problemas extra en materia de Vivienda y Exclusión Social.
En el primer caso, el PIS destaca que la infravivienda está localizada “en barriadas de la periferia donde se concentra la mayor parte de población de origen cultural árabe”. En el segundo alerta de que “las barriadas de cultura árabe presentan mayores tasas de pobreza y exclusión social, por lo que el fomento de la cohesión pasa por facilitar la inclusión social de esta parte de la población”.
Nuevos entes sociales
“La desigualdad social en Ceuta tiene un componente espacial, distribuyéndose de forma desigual por distritos y barriadas”, reconoce el documento en otra parte de su argumentario. “Por ello”, concluye de forma lógica, “al enfoque transversal e integral debe incorporarse un componente geográfico que dé respuesta a aquellas zonas especialmente afectadas por el riesgo de vivir situaciones de exclusión social”.
Según el parecer de la Consejería de Rabea Mohamed, esta aproximación ‘de cercanía’ a estas zonas “se facilita con la participación activa de las organizaciones y agentes sociales directamente vinculadas a la atención de los vecinos”.
Conseguirlo pasa por la “creación y puesta en marcha” de Agrupaciones de Desarrollo con las que se pretende “instaurar un marco de actuación normalizado, pero simultáneamente adaptado a las especiales circunstancias y necesidades de cada distrito”.
La otra novedad organizativa planteada es la creación de un Consejo de Entidades Sociales a través del que se articule la convicción de que “la inclusión social no es posible sin la participación e implicación activa tanto de las personas como de los distintos agentes que actúan en la ciudad”.
“Incentivando la participación de todos en la lucha contra la exclusión social, proveyendo de marco organizado de actuación, el objetivo estará finalmente más cerca”, augura el PIS.
Objetivos
1 - Acceso al Empleo. Promover la inserción laboral de las personas desempleadas, mejorar la Formación Ocupacional e igualdad entre sexos.
2 - Recursos económicos. Gestionar el IMIS “con otras prestaciones de carácter social”.
3 - Recursos sociales. “Consolidar, coordinar y ordenar territorialmente la Red de Servicios Sociales Comunitarios”.
4 - Vivienda. Desarrollar alojamientos alternativos para personas en situación o riesgo de exclusión y eliminar barreras arquitectónicas.
5 - Educación. Erradicar el analfabetismo y el absentismo escolar y favorecer la escolarización e integración escolar.
6 - Justicia. Desarrollar mecanismos de colaboración entre el CGPJ y la Ciudad en materia de atención a colectivos desfavorecidos.
7 - Discapacidad. Atención “preferente e integral” a colectivos desfavorecidos y/o en situación de mayor riesgo.
8 - Territorio. “Ejecutar actuaciones integrales en las secciones con necesidades de transformación social.
9 - ’Brecha digital’. Extender la Sociedad de la Información facilitando el acceso a Internet a colegios e IES.
10 - Movilización. Incentivar a la sociedad ceutí en actividades de voluntariado social.
Un Plan de carácter “integral y estratégico”
Su enfoque “integral y coherente entre las partes y el todo, en el sentido de que su ejecución se rige por una visión global, independientemente de la particularidad de las medidas que se pongan en marcha” es uno de los principios “rectores” del nuevo Plan de Inclusión Social de que se dotará la Ciudad para el próximo cuatrienio. El documento incorpora, además, medidas tendentes “a favorecer un equilibrio económico, urbanístico y dotacional de las zonas de la ciudad que concentran más situaciones de vulnerabilidad social”, así como “objetivos realistas, creíbles, contrastables y evaluables”. Para revisar su grado de efectividad se crearán Comisiones de Seguimiento “donde se evaluará de manera continua el impacto de cada una de las medidas contempladas en el Plan” con la participación de los grupos políticos de la Asamblea y de las asociaciones y entidades con fines y objetos sociales”. “Flexible”, el PIS se caracteriza, además, porque “frente a los enfoques exclusivamente paliativos que han caracterizado tradicionalmente a las acciones de lucha contra la exclusión social, tiene un enfoque preventivo con el que identificar, combatir y neutralizar los factores de exclusión antes de que éstos se manifiesten individual y socialmente”.