Lamentablemente los que han luchado por los derechos de los guardias civiles han pagado un alto peaje profesional y familiar para que miles de agentes podamos disfrutar de los muchos derechos conquistados. Fueron detenidos e ingresados en prisiones militares, les impusieron sanciones administrativas privativas de libertad, sufrieron persecuciones y la exclusión de coincidentes laborales que perseguían a los “sindicalistas” que luchaban para que los guardias civiles dejaran de ser ciudadanos de segunda categoría.
Una persecución en la que coincidían gobiernos progresistas y conservadores, porque ninguna ideología se quería privar de tener miles de funcionarios callados, temerosos, sin derecho a reclamar, haciendo jornadas de 14 horas, mal retribuidos, sin días libres. No querían privarse de esta mano de obra barata, pero tuvieron “la mala suerte” de encontrarse con unos pocos guardias civiles, unos pocos pero capaces de poner en marcha un generador de dignidad laboral que ha conseguido la conquista de derechos inimaginables hace solo una década.
A la cabeza de esta lucha estaba el archiconocido en la Guardia Civil como “el Cabo Rosa” Manuel Rosa Recuerda, el sargento José Morata y los guardias civiles José Carlos Piñeiro y Manuel Linde. Una lucha que los llevó a ingresar en prisión y más tarde ser expulsados de la Guardia Civil por pedir justicia y dignidad para los guardias civiles y sus familias.
Llevamos años pidiendo justicia para ellos y ahora tenemos la esperanza de poder conseguirlo. La reunión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, con Morata, Manuel Rosa y Piñeiro, rompe una barrera impuesta por otros gobiernos para reparar el daño causado a estos guardias civiles valientes por reivindicar los mismos derechos que ya disfrutaban los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía. Unos derechos que conseguimos en el año 2007, después de una manifestación en la que fueron sancionados con faltas muy graves veintiún guardias civiles.
La ministra de Defensa abre una puerta a resarcir a estos tres guardias civiles y al ya fallecido Manuel Linde. Una puerta que debe abrir el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, para que estos guardias civiles sean recibidos con honores en la Dirección General de la Guardia Civil, porque fueron la cabeza de lanza en la democratización de la Benemérita. Han hecho posible una Guardia Civil moderna y acorde con la realidad social que nos rodea.
Llevamos años reclamando el reingreso de estos compañeros, incluso en el Congreso de los Diputados han aprobado varias iniciativas que pedían su reincorporación, pero han quedado en promesas incumplidas. Unas promesas que se encuentra con excusas legales que pueden resolverse con una normativa que facilite el reingreso de nuestros compañeros. Poder se puede, pero no ha existido hasta ahora la firme voluntad de resarcir a nuestros compañeros y, de esta forma, hacer justicia con todos los guardias civiles, porque son miles los que han sufrido persecución por estar comprometidos con la democracia y el movimiento asociativo en el Cuerpo.
Los que conocimos aquella Guardia Civil de persecuciones por defender el derecho de asociación, de jornadas interminables, de sanciones privativas de libertad por simples faltas leves, sin día libre a la semana, sin vacaciones en verano, Navidad y Semana Santa, sin derecho de asociación para poder defendernos sabemos cuánto debemos a estos compañeros. Fue un camino duro de recorrer, un camino duro que muchos de los nuevos guardias civiles no valoran, porque no tienen conciencia de lo mucho que costó conseguir el derecho de asociación y los derechos laborales que ahora disfrutamos.
Aquella Guardia Civil ha quedado atrás y muchos de aquellos que perseguían a los guardias ‘sindicalistas’, están afiliados a las asociaciones representativas de guardias civiles. Muchos de ellos amenazaban a sus subordinados si se afiliaban a ellas. Ahora ellos están afiliados, disfrutan de mejores condiciones laborales y de derechos. Reconocen al afiliarse a las asociaciones que estaban equivocados, que competieron un error, pero la soberbia les impide pedir disculpas.
Hace unos meses la Asociación Española de Guardias Civiles reunió por primera vez, después de años de cárcel y represión a los tres supervivientes para que recibieran el homenaje de los que ahora continúan su legado. Un acto muy emotivo para reconocer sus muchos logros, para agradecerles lo mucho que han hecho por todos nosotros y, por supuesto, para lanzar un mensaje a la clase política, el mensaje inequívoco de que seguiremos luchando hasta conseguir que la MEMORIA HISTÓRICA no se quede en las puertas de la Dirección General de la Guardia Civil como ya ocurrió en los primeros años de la democracia, donde los guardias civiles no disfrutábamos del derecho de asociación.
Tambien lucharon mucho, antes que los compañeros q nombrais, al principio de los 80 muchas mujeres de Guardias Civiles por sus maridos, fueron las primeras asociaciones q lucharon y iban a todas las manifestaciones, para pedir los derechos de sus maridos . Una de ella mi mujer ya fallecida, estando enferma iba a todas las manifestaciones. Eso también hay q recordarlo.
Os lo merecéis y en aquella epoca gobernaba en españa el psoe que fue el que encarcelo mas guardias civiles democráticos YA ES HORA DE QUE RECTIFIQUE Y HAGA JUSTICIA, ESPEREMOS QUE SEA VERDAD.