La Junta de Personal Docente ponía el pasado lunes el grito en el cielo a través de un comunicado en el que manifestaban su indignación y rechazo por el incumplimiento del Ministerio de Educación hacia parte de “los compromisos adquiridos” en la última reunión del Grupo de Trabajo de Ceuta y Melilla, en la que la Administración “aceptó la utilización de códigos de barras para preservar el anonimato de los opositores en las próximas oposiciones y se comprometió a suscribir las alegaciones a esa convocatoria y a la Orden de Interinos siempre que estuvieran avaladas por todos los sindicatos”.
Compromisos que se han desvanecido con la publicación de la Orden de Interinos, y en base a ello se temen que pueda ocurrir lo mismo con los cupos docentes. Otra obligación asumida por el Ministerio que dio por hecho el establecimiento para el próximo curso de una jornada laboral semanal de 18 horas lectivas en los institutos y de 23 en los colegios, a lo sumo.
Aunque la vulneración de las medidas de los interinos ya no tiene marcha atrás, con los cupos se adelantan y dicen que no van a pasar por el aro. “Aquí vamos a ser totalmente intransigentes”, apostilla el presidente de la Junta de Personal, Francisco Lobato. “A los interinos se les ha ninguneado y engañado, pero afecta a un colectivo concreto. Sin embargo cuando se juega con el aumento de cupos repercute sobre todo el personal”.
Según esa reducción de jornada, los cupos deberían aumentar como mínimo en 50 plazas más. Un aspecto que implica la creación de empleo y que, además, se trata de una de las demandas históricas por parte de los sindicatos de la ciudad, con el que el nuevo Gobierno se colgó la medalla anticipada, asegurando que se efectuaría de cara al próximo curso.
Los cupos definitivos deberán conocerse, a la mayor demora, entre mayo y junio, una fecha señalada en rojo en el calendario de los docentes, porque de incurrir nuevamente en un incumplimiento de promesas lo tienen claro: “Se sucederán las movilizaciones, y en este aspecto que le afecta a tantos profesionales, dudo que nadie se quede de brazos cruzados”.
De momento el Ministerio goza de algo más de un mes para recular en los errores cometidos y ser fiel a sus palabras antes de ampararse en vagas excusas como la falta de tiempo para implementar las medidas, que es la que se ha esgrimido con los temas prometidos para la Orden de Interinos.