Julia Sevillano Puertas, subinspectora de la Policía Nacional, es natural de Madrid y hace tan solo dos años que llegó a Ceuta. Comenzó su formación policial en el año 1989 y ahora es una de las protagonistas del libro ‘Historias de Mujeres de la Policía Nacional–45 Aniversario’.
A lo largo de su carrera ha formado parte de diferentes unidades, como un subgrupo completamente operativo en la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Madrid o en Extranjería.
En la actualidad, se encuentra destinada en la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano, incardinada en la Brigada Provincial de Policía Judicial. Este año fue una de las condecoradas con la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco, aprovechando el día del Patrón de la Policía Nacional.
¿Cómo se siente al formar parte del libro ‘Historias de Mujeres de la Policía Nacional– 45 Aniversario’?
La verdad que muy orgullosa. Vamos, yo cuando me lo dijeron, pensé, ‘madre mía, con todas las mujeres que hay en España. Mujeres, ya hoy en día por fin, que hayan pensado que yo tengo suficiente historia’... Luego dije, es que yo llevo ya muchos años y he pasado por muchos sitios y muchas cosas. Así que, muy agradecida.
"Aunque antes hubiera más curiosidad, el trato siempre ha sido correcto por parte de todos"
¿Cómo ve que ha evolucionado el papel de la mujer dentro de la Policía Nacional a lo largo de estas últimas décadas?
Hay mucha diferencia. Antes, sobre todo para los compañeros también y para la sociedad era curioso, porque no era una cosa que se estuviera acostumbrado a ver a mujeres, más aún en la calle. Con todas las actuaciones que hay en la calle, que unas son asistenciales, otras son menos asistenciales, la gente hoy en día lo ve una cosa normal.
Antes es que salías a la calle o entrabas en un sitio a trabajar y todo el mundo miraba así como diciendo, una mujer, una mujer. Pero hoy en día, a Dios gracias, es una cosa normalizada ya.
Pero vamos, que no quita que aunque antes hubiera un poco más de curiosidad, el trato, sobre todo, siempre ha sido correcto por parte de todos.
¿Piensa que este libro puede inspirar a mujeres que quieran formar parte del cuerpo de la Policía Nacional?
Sí, siempre, siempre, porque cuando a uno le está rondando algo en la cabeza, el ver que hay gente, y en este caso mujeres, que han luchado antes que ellas por llegar hasta ahí y realizar el trabajo lo mejor que han podido y sobre todo el tener la satisfacción de la gente. Es lo más importante yo creo que hay.
Cuando vas a un servicio, a alguien que te necesita, de la manera que sea, el poderle dar esa asistencia te enorgullece mucho.
En realidad es un poco las ganas de ayudar por lo que entras a la Policía Nacional.
Entonces, pues siempre es un reto en esos momentos de bajón, porque es muy costoso el decir, jolín, yo también puedo.
¿De dónde viene su devoción para formar parte de la Policía Nacional?
Desde pequeña. Yo tengo familia en todos los sitios. Tengo familia militar y de la Guardia Civil, Policía Nacional no, pero yo desde pequeña, incluso con mis amigos, jugaba a policías y ladrones y yo era policía, claro.
"Desde pequeña, incluso con mis amigos, jugaba a policías y ladrones y yo era policía, claro"
Entonces desde muy pequeña. Mi madre pensaba que, bueno, estas son cosas de niños, pero no. Se cumplió, se hizo realidad. Yo siempre he estudiado y todo con el fin de acceder a la Policía.
En 1991 comenzó a formar parte de un subgrupo completamente operativo de la UIP de Madrid. ¿Cómo vivió esta experiencia y qué le aportó?
Fue llegar y todo el mundo se sorprendió. Es cuando también hubo un cambio dentro de las unidades de intervención, dieron un paso más hacia adelante.
Me costaba un poquito más que al resto de mis compañeros el que me hicieran caso, ¿no? A lo mejor en vez de a la primera o a la segunda tenía que decirlo unas cuantas más veces. Pero para mí es que es un orgullo haber participado y formado parte de todo eso.
Una lucha siempre ha sido una lucha. Hoy en día no digo que no se luche porque hay otro tipo de cosas, pero en aquel entonces es que no estaba nada acostumbrada la gente a ver a una mujer policía en ninguno de los sitios.
De hecho, cuando cogía el AVE para ir a Sevilla o a algún sitio de esos, que en aquel momento tenías que identificarte, muchas veces no se creían que era policía, por mucho que enseñara la placa y el carnet. No se lo creían porque era una cosa súper extraña.
No, ya hay bastantes mujeres. Por suerte, en todos los servicios de la Policía y ahí también. Ahí ya hay bastantes mujeres.
Nunca vamos a estar equiparados hombres y mujeres porque a lo mejor prefieren otro tipo de trabajo, ayudar a la gente de otra manera, pero la persona que tiene vocación y que quiere entrar, se van animando las mujeres y van viéndolo como algo totalmente normal.
Un trabajo más en el que perfectamente estás capacitada para poder hacerlo y no hay esas reticencias. Poco a poco estamos ya muchísimas mujeres en la Policía y en las unidades de intervención también.
¿En qué momento se encuentra actualmente de su carrera profesional?
Ahora estoy un poquito más centrada o en servicios menos activos operativamente, pero yo estoy contenta porque también donde estoy, ahora mismo en la ODAC, la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano, es otra manera de ayudar a las personas.
Van allí a la ODAC con sus problemas, con sus necesidades, entonces pues por lo menos darles una buena atención, darles dentro de lo que nosotros podemos, un consuelo, porque la gente que sufre hechos delictivos, que tiene problemas familiares o cualquier cosa, no solo es en sí el problema, sino también hay algo psicológico que tienes que echarles una manilla.
Este año fue condecorada con la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco. ¿Qué significó este reconocimiento?
Inesperado, sobre todo, porque yo llevo poco tiempo aquí en Ceuta y muy agradecida por lo valorada que me tienen mis superiores y mis jefes. Y, sobre todo, que al fin y al cabo es una manera, es una recompensa a la labor que estás haciendo, a tu carrera profesional, a los años de trabajo, a tu trayectoria, entonces la verdad es que muy agradecida y muy orgullosa.
Este año ha sido, por todos los sitios, cosas inesperadas que yo en la vida pensaba que iba a verme en una de estas, pero sobre todo muy orgullosa, muy orgullosa y agradecida.
"Ayudé a una muchacha que quería suicidarse y por fin, con suerte, no lo conseguimos"
¿Podría decirnos cuál ha sido su mayor logro a lo largo de su trayectoria?
Pues he tenido muchos. El mayor logro para mí es la satisfacción que haya podido tener por ayudar a la gente, a las personas.
Ayudé a una muchacha que quería suicidarse y por fin, con suerte, no lo conseguimos. Ese tipo de cosas son las que más te llenan, porque hechos desagradables por ahí en los que tienes que ir, pues evidentemente es, pero yo lo que considero más importante es tener esa ayuda que la gente necesita cuando está mal.
Bien sea por una atención en la calle, bien sea en la ODAC donde estoy, yo creo que para mí es lo que más me enorgullece. El poder decir, pues he ayudado a esta persona en un momento realmente difícil y penoso.
Luego, actuaciones policiales, pues he tenido muchas, ¿no? Pero yo creo que de lo que más orgullosa me siento es de haber podido ayudar a la gente que en un estado muy malo que se encontraba, he podido estar ahí para echarles una mano.
Para mí es mi vida. Yo es que no me imagino otra cosa porque desde pequeñita quería serlo, pero de pequeñita, muy pequeñita, con tres, cuatro años, cinco...
Yo decía a mi madre, cuando en aquel entonces había Policía Nacional y luego estaban los que iban de paisano, yo decía a mi madre que quería ser policía secreta.
Y desde siempre, yo es que no me imagino una vida, un trabajo o una situación diferente a la que forma parte de mí y no me veo en otra situación.
"Aquí van a ser bienvenidas porque la perspectiva de una mujer en la Policía es muy importante"
Pues ya para ir finalizando, si quiere mandar algún mensaje a mujeres que estén luchando por cumplir su sueño también de formar parte de la Policía Nacional...
Pues decirles que mucho ánimo y, sobre todo, que cuando tengan un tropiezo, ya sea en la prueba o cualquier problema que tengan, que piensen para sí de que son tan capaces como cualquier otro y que este trabajo tiene sus cosas, como todo. Pero bueno, aquí es un poquito más, digamos, asusta.
Puede asustar un poquito más a que tomen esa decisión, pero que son capaces de hacerlo, o sea, que luchen por lo que quieren hacer.
Aquí van a ser bienvenidas porque la perspectiva de una mujer en la policía es muy importante también. Es muy importante la forma de ver las cosas, la forma de ver las actuaciones, de programar las cosas.
Las mujeres pensamos de una manera diferente a los hombres, o sea, tenemos otra perspectiva, igual de buena que la de ellos, pero bueno, muchas veces hay que entrar por un lado y otras veces hay que entrar por otro y todo es bienvenido.
Entonces que luchen, que luchen y que en los momentos de tropiezo que piensen que hay que seguir para adelante.
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