Tres empresarios de la provincia de Alicante dedicados a importaciones y exportaciones han negado en el juicio que financiaran envíos a Siria e Irak de material para la organización terrorista Daesh camuflado dentro contenedores de ropa usada entre 2013 y 2015.
La Audiencia Nacional ha reanudado este jueves el juicio a siete acusados de integrar una red que supuestamente envió en dicho periodo desde España a Siria e Irak armas, componentes de explosivos, ropa y material militar, equipos electrónicos y de transmisiones y dinero para los grupos terroristas Estado Islámico y Jabhat al Nusra. Entre los acusados de pertenecer a esta red se encuentra una persona que fue detenida en Ceuta en el transcurso de una operación antiterrorista en 2016.
En la primera sesión de la vista, el miércoles, el presunto cabecilla de la red, el ciudadano sirio nacionalizado holandés Ammar T., negó que realizara dichos envíos desde la empresa que constituyó en Cocentaina (Alicante) a la zona de conflicto de Siria e Irak para organizaciones terroristas, y aseguró que solo se dedicaba a la compraventa y exportación de ropa usada a estos y otros países.
El fiscal, que pide penas para los acusados de entre 13 y 28 años de prisión, explica en su escrito de acusación que la remisión de mercancías a terroristas en zona de conflicto desarrollada por Ammar T. y sus colaboradores necesitaba de financiación para sufragar los gastos ocasionados por el transporte por vía marítima hasta el puerto de Mersin (Turquía) y para la adquisición del material.
Añade que Ammar T. podría obtener esta financiación mediante el sistema bancario tradicional pero se vería sometido a controles legales por lo que para evitarlos optó por el uso de prestamistas y socios mediante inversión de capital, como es el caso de los acusados Simón R.L., Nourdine Ch.A. y Mohamed A.E.R.K..
Según el fiscal, estas personas, que obraron como fuentes de financiación, disponían de importantes sumas de dinero en efectivo para sufragar los envíos de mercancías por su actividad empresarial.
El alquiler de una nave que acabó con corte de suministros por impago
Simón R.L. ha negado las acusaciones del fiscal y ha asegurado que su única relación con Ammar T. se debió a que le alquiló una nave en el polígono de Cocentaina para su empresa pero que terminó "de malas maneras" porque como no le pagaba en 2015 tuvo que cortarle los suministros de luz y agua y cambió la cerradura.
Ha aclarado que él se había dedicado a la importación de helados de China e India para su venta en España pero que la nave que alquiló a Ammar T. era propiedad de la empresa en la que trabajaba y en la que él era el apoderado, que tenía arrendadas muchas más a empresarios árabes, la mayoría dedicados en polígonos de esta zona de Alicante al sector del reciclaje de ropa usada.
"Estuvo conmigo bebiendo y fumando, por lo que no te hacía pensar que fuera yihadista"
Sobre Ammar T. ha asegurado que nunca dio a entender que apoyara a organizaciones terroristas: "Lo veía incapaz de hace daño, no parecía peligroso e incluso estuvo conmigo bebiendo y fumando, por lo que no te hacía pensar que fuera yihadista".
También ha declarado el acusado Nourdine Ch.A., de nacionalidad española, quien ha recordado que su empresa de reciclado de ropa usada de Cocentaina es la que más kilos facturaba del sector en España y que todas sus operaciones están debidamente documentadas.
Ha recordado que cuando Ammar T. instaló su negocio en Cocentaina visitó su empresa pero ha asegurado que finalmente no tuvo relación comercial con él.
Ropa militar "de camuflaje", pero no para ser usada por militares
Nourdine CH.A. ha sido preguntado por ropa militar que la Policía encontró en registros en la nave de su empresa en Cocentaina y en un contenedor de su propiedad en el puerto de Valencia, sobre la que ha aclarado que era "de camuflaje" pero no para ser usada por militares.
En todo caso ha recalcado que nunca ha enviado material militar ni logístico a Siria ni ha tenido relación con organizaciones yihadistas ni las ha financiado.
Y ha precisado que entre 2012 y 2016 su empresa vendió ropa en Melilla y la mayoría de sus exportaciones fueron a países de África, sobre todo Marruecos, así como India y Pakistán, pero nunca a Siria.
Por su parte el acusado Mohamed A.E.R.K., jordano nacionalizado español que también instaló su empresa en Cocentaina, ha relatado que se había dedicado a importar objetos para la casa desde China y ha negado que participara en gestiones para financiar los gastos de los envíos de contenedores de Ammar T.