Gregorio García Castañeda, responsable del área, considera que, aunque este tipo de redes “nunca son infalibles” porque hay que contar también con el tipo de fondo marino “que en Ceuta es muy rocoso” y así como por el hecho de que hay organismos que son “tan pequeños” que traspasan las redes. Pero no es el fondo marino y tampoco el levante el único causante de que las medusas sigan estando muy presentes.
Lo que al consejero más molesta es el comportamiento de algunos bañistas, cazados ‘in fraganti’ balanceándose sobre las redes, atravesándolas con pequeñas balsas neumáticas e incluso colgándose de ellas, tal y como atestiguan estas imágenes. “Por esto la malla no funciona”, sentencia tajante.
De estas prácticas ya advirtió a finales de junio el portavoz del Ejecutivo. Guillermo Martínez tras un Consejo de Gobierno hizo un llamamiento a los usuarios de las playas para que fueran más responsables, dado el serio perjuicio que estaban causando al resto de ciudadanos.
Pero lo cierto es que dos meses después, la práctica sigue a la orden del día y es la principal causa, argumenta el consejero de Medio Ambiente, de llegada de medusas hasta la orilla. “Las redes están en perfecto estado y a nosotros no nos consta de que se hayan roto, pero si sabemos que hay gente, especialmente jóvenes, que se cuelgan, se impulsan desde las redes, incluso se ponen de pie y así nunca podremos asegurar que las medusas no lleguen a la playa, porque todo lo que hagamos no servirá de nada”, añade García Castañeda. “La red tiene una utilidad y si alguien se dedica a bajarla no tiene efecto ninguno ”, añadió el consejero que, ante las dudas que han podido suscitar entre los ciudadanos, quiere aclarar que las redes “están bien cosidas y bien colocadas” y que, por lo tanto, no se contempla sancionar “de ninguna manera” a la empresa adjudicataria por el hecho de que se estén registrando bancos de medusa en el interior de las zonas acotadas para el baño.
La Ciudad ha destinado a la contención de los bancos de medusas unos 90.000 euros este año mediante la colocación de este entramado con la finalidad de minimizar en lo posible la entrada de estos organismos y sus consecuentes riesgos para los usuarios.
Esta red, que sobresale cinco centímetro de la lámina de agua, tiene un calado de seis metros y está dividida por secciones en función de las playas a las que debe proteger. En la playa del Chorrillo se han instalado 793 metros de redes (cubriendo los tres espigones), por 350 en la Ribera, 294 en el Tarajal y otros 200 en la playa de Miramar-Almadraba, longitudes que se han calculado conforme al emplazamiento de estas redes en años anteriores. Estas redes quedan ancladas en superficie y fondo, son de hilo y nylon con un haz de luz de un centímetro de espesor, con lo que se evitará el paso de las medusas Pelagia Noctiluca, que desplegadas suelen tener unos tres centímetros de diámetro.
Al igual que en años anteriores, en lo que respecta al diseño, confección y terminación de las mallas se adoptarán las medida oportunas para evitar dañosen los bañisstas, así como en el resto de la flora y fauna marina.
Condiciones del contrato
La empresa a la que la Ciudad adjudique este servicio deberá disponer al menos de tres embarcaciones ligeras, una de ellas en alquiler, para el despliegue y retirada de las redes, así como tres operarios fijos durante toda la temporada estival, y otros tres eventuales en costura. Igualmente será obligatoria la contratación de un equipo de buceadores para las labores que sean necesarias.
Además, para mantenerlas en óptimas condiciones será preceptivo que al menos una vez por semana las redes se sacudirán y limpiarán sin desmontarlas para eliminar cualquier tipo de resto que pueda adherirseny una vez al mes se desmontarán para efectuar una limpieza en profundidad y repararla
Y ya han llegado a las playas...
Estos invertebrados, cuya picadura es molesta y dañina, ya están aquí. Así lo atestiguan los bañistas que estos días han comenzado a acudir a las playas de la Ribera y Chorrillo, las más frecuentadas y también donde se producen más picaduras de medusas. Esta proliferación ha provocado más de 7.000 atenciones sanitarias durante los seis últimos años como consecuencia de picaduras según datos de la Cruz Roja Española en Ceuta. Los voluntarios de esta institución que se encargan del control y vigilancia de los principales núcleos de baño han registrado 7.804 atenciones desde el año 2005. El mayor volumen de picaduras se registró en el verano del año 2006 cuando los voluntarios atendieron 3.500 casos mientras que en el 2005 fueron 2.512 picaduras. El pasado año las picaduras de estos animales experimentaron un importante crecimiento al alcanzar 1.182 casos, una cifra muy elevada teniendo en cuenta los bajos porcentajes del año 2010 (61 casos) y 2009 (44), y sobre todo por el hecho de que las mallas se colocan cada verano, si bien en Ceuta los bañistas son asiduos en las playas desde finales de abril.
La ‘Pelagia Noctiluca’, un enemigo invisible
La ‘Pelagia Noctiluca’ es la medusa que más frecuenta la costa de Ceuta, fundamentalmente la bahía sur, ya que en la norte, afectada por las fuertes corrientes del estrecho de Gibraltar es poco frecuente su presencia. Este organismo tiene de seta, transparente y rosáceo con manchas amarillas, cuyo sombrero, en forma de hongo, tiene un tamaño pequeño que ronda entre los cinco y los diez centímetros. Del mismo cuelgan ocho tentáculos, además de otros tantos lóbulos bucales, todos ellos dotados con células urticantes, denominadas ‘cnidocitos’. La ‘Pelagia Noctiluca’ se reparte por buena parte del océano Atlántico, así como por el mar Mediterráneo. No cuenta con una gran capacidad natatoria, por lo que generalmente son arrastradas por las corrientes marinas más superficiales. Es por este motivo que el viento de Levante, y sobre todo cuando sopla con fuerza, facilita su llegada masiva.