Está marcado como el responsable de la rama logística de la organización criminal dedicada al tráfico de drogas que utilizaba un narcotúnel para pasar hachís desde Marruecos a Ceuta.
Droga que luego sorteaba el control que debía haber ejercido la Guardia Civil en el puerto.
La Audiencia Nacional ha confirmado en un auto, a cuyo contenido ha tenido acceso El Faro, que seguirá en prisión. Allí, comunicado y sin posibilidad de abonar fianza, permanece desde el 4 de marzo.
Ese fue el mismo día en el que miembros de Asuntos Internos desembarcaron de nuevo en el Tarajal para reconocer el narcotúnel, avanzando así en los contactos con Marruecos que, hasta esa fecha, no habían dado sus frutos.
La Operación Hades dio un paso importante con este arresto que no había trascendido y que se suma a las 14 detenciones previas.
Había caído una figura clave en esa particular cadena que, durante años, funcionó en Ceuta para sacar grandes cantidades de hachís oculto en camiones y semirremolques.
El jefe de la rama logística seguirá privado de libertad como el resto de presuntos implicados: transportistas, enlaces de la droga, guardias civiles y el funcionario de prisiones y político de MDyC que aún no ha entregado siquiera su acta.
A este jefe se le sitúa en un escalafón alto y se le señala como la persona que planificaba, coordinaba y desarrollaba todas las acciones necesarias para culminar con éxito los envíos de droga.
La Guardia Civil lo ubica como enlace de la rama hispalense de la organización, como la persona que llevaba a cabo la toma de decisiones consideradas importantes y las labores de supervisión y control relacionadas con los semirremolques que embarcaban cargados de droga en Ceuta.
Sobre la mesa los agentes de la Benemérita marcan enlaces en Marruecos, Ceuta y la Península. Son vértices de un triángulo que operaba en ese negocio activo del tráfico de estupefacientes.
A ojos de la Guardia Civil, él solventaba cualquier problema que pudiera producirse, coordinaba y supervisaba los cometidos asignados a otros miembros de la organización para conseguir que la ruta del hachís terminara como debía. Además, mantenía encuentros con los demás implicados, ahora presos preventivos.
Asuntos Internos, la UCO y el CRAIN de la Guardia Civil se han coordinado en la que se erige en una de las investigaciones de mayor envergadura de las llevadas a cabo en la lucha contra el narcotráfico.
De lo poco que se conoce de la bautizada como Operación Hades se sabe que los agentes realizaron cuantiosas vigilancias policiales directas, intervenciones telefónicas, así como otras medidas de investigación tecnológicas, captación de comunicaciones orales, geolocalización o instalación de dispositivos de seguimiento.
En distintos meses de 2023, al menos desde abril hasta diciembre, constan contactos entre los miembros de la red.
Uno de los más destacados para la investigación es el acontecido el 18 de diciembre, cuando se preparó el embarque de más de 3 toneladas de hachís metidas en bolsas y mezcladas entre animales muertos y restos cárnicos.
Aquello fue un escándalo, pero a su vez escondía la profesionalidad de una organización capaz de haber ideado un pase perfecto. ¿Quién se iba a fijar en esa vía de traslado de drogas? El modus operandi fue sorprendente.
El 27 de junio de 2023 fueron intervenidos 1.977 kilos de hachís en un doble fondo de un semirremolque interceptado en la Península, en concreto en la AP-7 sentido Málaga.
El 18 de diciembre, cayeron los 3.137 kilos entre animales muertos en un contenedor. Las investigaciones y seguimientos continuaron en los primeros meses de 2024.
Tras esos pases la Guardia Civil destapó todo un entramado delincuencial perfectamente estructurado y planificado, con funciones bien definidas para dar forma a una auténtica organización criminal.
La Audiencia mantiene en prisión a la práctica totalidad de los detenidos, sin que haya prosperado ninguno de los recursos presentados para lograr la puesta en libertad de los mismos y manteniendo el secreto de las investigaciones.
La Operación Hades desvela, a ojos del Juzgado central número 3, un entramado delincuencial dedicado al tráfico de drogas que contaba “con un alto grado de impunidad” al disponer de “apoyo de una estructura de seguridad compuesta por miembros de la Guardia Civil destinados en el puerto, que, perfectamente coordinados, mediante una serie de actos, por acción u omisión, favorecían el tráfico de drogas a cambio de un beneficio económico”.
Al menos hasta finales de mes las investigaciones siguen secretas. Se quiere garantizar el trabajo de la Benemérita, cuyos agentes apuestan por sumar más detenciones de fichados como implicados en la trama.
La Audiencia Nacional protege esos pasos encomendados a los investigadores de la Guardia Civil para completar un golpe maestro en donde se ha evidenciado la importancia que tienen los informes de riesgo y la valía de los servicios de inteligencia a la hora de hacer seguimiento a los tráficos de droga.
Para el Instituto Armado esta operación es un referente en la lucha antidroga que demuestra la importancia de órganos como el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico a la hora de conocer cómo se mueven las organizaciones y cómo, en concreto esta, se nutría de la existencia de una galería subterránea.
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