Mi estimado amigo Enrique Alcoba, presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla –ACOME–, en declaraciones a este medio, “pide la pronta normalización de la situación de la frontera con Marruecos”, y yo y todos los melillenses, creo, estamos de acuerdo, pero ¿a quién corresponde dicha normalización, al Gobierno español o al de la Ciudad Autónoma?. No amigo Enrique, corresponde al Gobierno alauita y, sencillamente, actuando contra los alborotadores siempre y cuando, claro, no sea dicho Gobierno el que los aliente para tensar sus relaciones con España para ‘hacerse’ con las ‘ciudades ocupadas’.
Nunca, hasta ahora, han sido Ceuta y Melilla las que hayan creado algún problema fronterizo con el País ‘amigo’; al contrario, como tú amigo Enrique, no debes ignorar, las puertas de ambas ciudades ESPAÑOLAS siempre han estado abiertas de par en par –siempre lo están– para que entren en dichas ciudades cuantos marroquíes han querido o quieren hacerlo, incluso, hasta de indocumentados…, para comprar, vender, trabajar; para prestarle ayuda a quienes lo necesitan, y no digamos nada en lo que respecta a atenciones sanitarias; curas, operaciones, parturientas; gastos con los que corre el Gobierno español.
Pues ya ves, amigo Enrique, se arremete contra la Policía Nacional en un puesto fronterizo, con insultos, escupitajos e intentos de agresión y dándole vueltas a lo ocurrido para organizar su ‘festejo’. Se les tacha de agresores y de racistas con el exclusivo propósito de tensar las relaciones con España a ver si les cae la breva con lo de ‘Ciudades Ocupadas’, lo que no se cree ni el propio Rey de Marruecos, siempre y cuando, naturalmente, no halla una bajada de pantalones como ocurrió la descolonización del Sáhara.
Lamentas, estimado Enrique, los cortes anunciados por la Asociación del cabecilla Munaim Shauki para impedir la entra en Melilla de pescado, ladrillos y cementos. ¿Acaso ese bloqueo puede impedirlo el Gobierno español o local? ¿Quién tiene que hacerlo no es otro que el marroquí? ¿Ha tomado cartas en el problema? No, porque como se ha publicado, el problema está planteado por el mismo Gobierno marroquí.
Apuntas también, amigo Enrique, que la situación perjudica tanto a ciudadanos marroquíes como españoles, ‘aunque en este caso y puesto que los cortes van a durar tres días, será la ciudad la que tenga más problema’. Tu opinión es dar cancha a los causantes, los alborotadores marroquíes porque es lógico que piensen repetir cuantas veces lo crean oportuno para fastidiar a cuantos aquí en Melilla residimos.
Lo decía en mi artículo del jueves y lo vuelvo a repetir hoy: ¿A quién cree dicha Asociación que va a perjudicar más con tal absurdo bloqueo? A los pescadores, casi todos ellos musulmanes marroquíes que tienen sus puestos en los mercados melillenses y; en cuanto al cemento y los ladrillos, a esos muchísimos marroquíes que vienen a Melilla para trabajar en las obras ya que si ésta se paralizan ellos no ganarían su jornal.
No va a pasar nada, amigo Enrique, porque durante tres días los ciudadanos melillenses comamos pescado congelado. Después de la Guerra Civil, durante unos años, aquí tomamos el café con caramelos porque no había azúcar; en lugar de patatas porque no las había, boniatos fritos; los bocadillos eran de manteca colorá y, por las noches, otro bocadillo, esta vez de atún, que en realidad era caballa, y a nadie de aquellos entonces nos pasó nada. Me refiero a las familias de pocos medios económicos.
Dices también que hay que evitar llegar más lejos en el conflicto que se ha generado. ¿Quién lo ha generado? Naturalmente que no benefician a nadie, pero ¿qué puede hacer el Gobierno español o el melillense ante una panda de irresponsables alborotadores, máxime como se ha publicado, amparados por el Gobierno de su País?
Nunca, hasta ahora, han sido Ceuta y Melilla las que hayan creado algún problema fronterizo con el País ‘amigo’; al contrario, como tú amigo Enrique, no debes ignorar, las puertas de ambas ciudades ESPAÑOLAS siempre han estado abiertas de par en par –siempre lo están– para que entren en dichas ciudades cuantos marroquíes han querido o quieren hacerlo, incluso, hasta de indocumentados…, para comprar, vender, trabajar; para prestarle ayuda a quienes lo necesitan, y no digamos nada en lo que respecta a atenciones sanitarias; curas, operaciones, parturientas; gastos con los que corre el Gobierno español.
Pues ya ves, amigo Enrique, se arremete contra la Policía Nacional en un puesto fronterizo, con insultos, escupitajos e intentos de agresión y dándole vueltas a lo ocurrido para organizar su ‘festejo’. Se les tacha de agresores y de racistas con el exclusivo propósito de tensar las relaciones con España a ver si les cae la breva con lo de ‘Ciudades Ocupadas’, lo que no se cree ni el propio Rey de Marruecos, siempre y cuando, naturalmente, no halla una bajada de pantalones como ocurrió la descolonización del Sáhara.
Lamentas, estimado Enrique, los cortes anunciados por la Asociación del cabecilla Munaim Shauki para impedir la entra en Melilla de pescado, ladrillos y cementos. ¿Acaso ese bloqueo puede impedirlo el Gobierno español o local? ¿Quién tiene que hacerlo no es otro que el marroquí? ¿Ha tomado cartas en el problema? No, porque como se ha publicado, el problema está planteado por el mismo Gobierno marroquí.
Apuntas también, amigo Enrique, que la situación perjudica tanto a ciudadanos marroquíes como españoles, ‘aunque en este caso y puesto que los cortes van a durar tres días, será la ciudad la que tenga más problema’. Tu opinión es dar cancha a los causantes, los alborotadores marroquíes porque es lógico que piensen repetir cuantas veces lo crean oportuno para fastidiar a cuantos aquí en Melilla residimos.
Lo decía en mi artículo del jueves y lo vuelvo a repetir hoy: ¿A quién cree dicha Asociación que va a perjudicar más con tal absurdo bloqueo? A los pescadores, casi todos ellos musulmanes marroquíes que tienen sus puestos en los mercados melillenses y; en cuanto al cemento y los ladrillos, a esos muchísimos marroquíes que vienen a Melilla para trabajar en las obras ya que si ésta se paralizan ellos no ganarían su jornal.
No va a pasar nada, amigo Enrique, porque durante tres días los ciudadanos melillenses comamos pescado congelado. Después de la Guerra Civil, durante unos años, aquí tomamos el café con caramelos porque no había azúcar; en lugar de patatas porque no las había, boniatos fritos; los bocadillos eran de manteca colorá y, por las noches, otro bocadillo, esta vez de atún, que en realidad era caballa, y a nadie de aquellos entonces nos pasó nada. Me refiero a las familias de pocos medios económicos.
Dices también que hay que evitar llegar más lejos en el conflicto que se ha generado. ¿Quién lo ha generado? Naturalmente que no benefician a nadie, pero ¿qué puede hacer el Gobierno español o el melillense ante una panda de irresponsables alborotadores, máxime como se ha publicado, amparados por el Gobierno de su País?