Hay muchas personas que no entienden la posición que adoptaron los sindicatos en la jornada del viernes enviando un comunicado a los medios informativos señalando que se levantaban de manera inmediata de la mesa de negociaciones con la Ciudad Autónoma. Fuentes consultadas por esta redacción apuntan que en la reunión que hubo el jueves, al igual que viene sucediendo desde hace un mes donde dos veces por semana se ven el director general de Recursos Humanos con los representantes sindicales no hubo ningún tipo de fricción que permitiera entender una reacción tan drástica.
Lo que si se conoce es que por la mañana del viernes, horas antes de la decisión de suspender los contactos con la Administración autonómico, los representantes sindicales que han venido sentándose en la mesa de negociaciones mantuvieron un contacto con Juan Luis Aróstegui. Lo que se desconoce es si el mismo fue en su condición de secretario general de Comisiones Obreras o de diputado de la Asamblea por la coalición Caballas. A quienes buscan la relación causa efecto entre lo que pudo hablarse en ese cónclave y luego la decisión adoptada por las tres centrales sindicales.
Pero es que además hay una situación también difícilmente entendible. La Unión General de Trabajadores es hoy por hoy el segundo sindicato en nuestra ciudad y uno de los pocos frentes que le queda con peso específico es precisamente tanto la Junta de Personal de la Ciudad Autónoma como el comité de empresa. Los presidentes de ambos son militantes ugetistas, porque siguen siendo el sindicato mayoritario tanto entre los funcionarios como el personal laboral al servicio de la Administración autonómica. Estamos hablando de decisiones que afectan a más de mil trabajadores.
¿No hubiera lógico que una decisión de este tipo hubiera sido comunicada, al menos por deferencia, al secretario general de la territorial? Al menos es lo que piensan muchos.