He pasado uso días en la Costa Brava. Unos días de descanso que te sirven también para conocer a la gente y los problemas de la zona.
Unos problemas que son comunes a las localidades donde el sol, las playas y la belleza del entorno es el principal atractivo. Me resulto curioso comprobar que los vecinos se quejaban de la “invasión” de los franceses en los pueblos del entorno.
Una invasión que provoca que la gente joven de los pueblos, los hijos de esa tierra, tengan que marcharse a más de cuarenta kilómetros para encontrar una vivienda donde poder vivir con sus familias.
Eso me lo contó Agustín, en Cadaqués, con el que tuvimos la suerte de compartir una mañana, pero era el mismo relato de Ingrid, en Roses, porque es un problema común en esa zona.
Hoy se quejaban los alicantinos sobre el cierre de la emblemática librería 80 Mundos, con 41 años de historia, que ha sido adquirida junto al resto del edificio por un grupo inversor para hacer apartamentos turísticos.
Los alicantinos perciben que el turismo se está cargando la ciudad, que los precios de la vivienda obligan a los vecinos a marcharse y empiezan a percibir que poco a poco será una ciudad de turistas, donde no habrá vecinos.
Esta misma percepción de la realidad la tienen los malagueños, porque es imposible comprarse una vivienda en una ciudad, donde ciudadanos ingleses, alemanes y otras nacionalidades han decidido pasar sus vacaciones o largas temporadas al año.
Esto que relato es el resultado de la globalización o el proceso de integración económica, tecnológica, cultural y social. Una globalización en la que no contemplábamos que provocaría que nuestros hijos tuvieran que marcharse de las ciudades donde nacieron y se criaron, porque esas ciudades turísticas la ocupan nuevos vecinos con un nivel económico superior que impiden a los locales poder vivir donde nacieron.
No se si esta nueva “invasión” de franceses en Cataluña, de ingleses en la Costa del Sol y alemanes en Mallorca, provoca que los vecinos tengan otra percepción de su problemática y no vean como un problema a los muchos que llegan en patera, saltando las vallas o entrando por el aeropuerto de Barajas como turistas, pero lo cierto, es que, para ellos, los invasores tienen otra nacionalidad y no vienen de África.
En fin, es verdad que en los intensos y super activos grupos de WhatsApp e Instagram cuando hablan de invasores no se refieren a turistas de altos ingresos y de esas nacionalidades, aunque con su capacidad económica obligue a los españolitos a tener que abandonar las ciudades donde nacieron y se criaron.
Igual no están en la nueva realidad global o esa realidad no les importe nada. Igual tienen otros perjuicios y solo les estorban los que vienen sin un duro a ganarse la vida honradamente, como se las ganaron nuestros abuelos o padres cuando tuvieron que marcharse de nuestro país a buscar una mejor calidad de vida.
Lo que decía, que nos están invadiendo, nos expulsan de los pueblos y ciudades donde nacimos y nos criamos, pero a estos grupitos de redes sociales, solo les estorban los que vienen sin un duro y de otro continente.