Es frecuente trabajar algo a la ligera. Hay gente muy consciente que se toma todas las cosas con el máximo interés - aunque sean pequeñas cosas, de esas que la vida está llena - pero no siempre es así y las consecuencias de esa dejadez las pagamos todos. ¿Es que no duele que, en el ámbito internacional, nos tilden de vagos o de poco interesados en los problemas reales e importantes a las naciones del Sur de Europa? La verdad es que no sólo molesta sino que duele bastante. Hay gente que trabaja muy bien y a fondo, tanto en sus cuestiones personales como en aquellas otras que, de alguna forma, forman parte del interés general de la sociedad, o en parte de ella; pero, desgraciadamente, hay quienes ni siquiera piensan en ello. Tienen una vida honrada, pero las cuestiones de conjunto no las consideran en su verdadero valor.
Es, a mi forma de ver, un importante problema de educación, de esa que se adquiere poniendo la mayor atención posible a cuanto ocurre en el ámbito internacional y con la consiguiente repercusión en unos y otros países y, en especial, en el propio y en aquellos a los que se pueda estar ligados por razones tradicionales o por Acuerdos formales. Hay quienes viven de forma directa esa educación, o formación, porque la labor que han de desarrollar, profesionalmente, tiene que ver directamente con lo que pasa en el mundo y la repercusión que pueda tener en los intereses y en la forma de vida de nuestro propio país. Pero para todos es necesario educarse, formarse, en lo que es la relación internacional, pues a veces hay reacciones que se apartan totalmente de la realidad, incluso al conocer o tratar decisiones de nuestra propia nación.
Somos, todos los españoles sin distinción alguna, el elemento humano de una Nación - España - que tiene unos valores geoestratégicos muy importantes, tanto para Europa como para otros países - o grupos de estos - que consideran el Atlántico como una amplia zona marítima del máximo interés. Es algo que resulta necesario tener en cuenta ya que, de una u otra forma, sirve y condiciona la actividad española en ese gran tablero de la actividad y dominio de los distintos grupos internacionales. Hemos podido ver cómo han crecido y siguen creciendo los cambios, por medio de la acción de las armas llegadas de todas partes, en los países que son la orilla sur y la oriental de la cuenca mediterránea. Ese estado de inestabilidad armada es para tenerlo en cuenta en España, para estudiarlo y conocerlo bien
Hay demasiadas noticias que tratan de asuntos internos - sin duda importantes para el bienestar interno de nuestra Nación - pero habría que hacer un hueco para esa educación en temas internacionales que nos afectan directamente aunque pueda ser a más largo plazo; aunque esto no se puede asegurar si falta esa continua valoración que debe hacerse de la situación internacional de la que formamos parte y que hay que valorar adecuadamente de forma permanente.
No será tiempo perdido, ni mucho menos, el que se dedique a esa educación y hasta puede llegarse a ser el país más destacado en esa cuestión tan sumamente importante y necesario. ¿No se forma parte de competiciones deportivas de ámbito internacional máximo en las que se suele destacar, a veces hasta lo más alto?
Hay cuestiones sumamente importantes en nuestra Nación y a ellas deben estar dedicada muchas personas que posean la mejor formación posible. A veces da verdadera pena ver cómo algunas de esas personas se dedican a cuestiones negativas como destrozar la unidad de España. Dudo de la educación de esas personas en la responsabilidad que a España corresponde en el mundo.
¡Claro que me importa y deseo que a toda otra persona también le importe mucho el futuro de los demás!