En Ceuta, Susana Quintero tenía claro que quería ser madre y en julio hará 13 años que ese sueño se cumplió. Tuvo a Judith por inseminación artificial y es lo mejor que le ha pasado en la vida.
Desde pequeña “tenía claro que quería ser madre. Es cierto que yo pensaba en una familia tradicional pero por circunstancias de la vida la mejor opción que tuve fue la de la inseminación”, expresa.
Ella recuerda ese proceso como algo bonito, se sentía en un buen momento mental y físico y quería disfrutarlo. “Así lo proyecté y así paso. No fue a la primera, pero fue un proceso muy bonito en el que involucré a mi familia. Estaba decidida y así pasó”.
Aunque no se quedó embarazada con la primera inseminación, nunca se planteó venirse abajo o rendirse. “Al principio había pensado psicológicamente que era normal, al igual que si lo estás intentando con tu pareja y no te quedas a la primera”.
“No fue a la primera, pero fue un proceso muy bonito en el que involucré a mi familia”
De hecho, recuerda una anécdota del proceso. “Iba a Málaga y tenía una ginecóloga joven con la que había empatizado. Sin embargo, ese día le tocó inseminarme a un hombre, que era más serio, y me dijo tú no te preocupes, que puede pasar que no salga y yo le dije ‘no se preocupe, que yo tengo muy claro que vengo aquí a por un niño, no a por una depresión”. Y fue en esa inseminación en la que se quedó embarazada.
Desde el primer momento, Susana recibió el apoyo de toda su familia. “Me apoyó mucho. De hecho, mi padre, que es el que más podría decir que ser madre soltera no, se lo dije y estaba encantado. Me estuvo acompañando desde el primer día de las inseminaciones y lo disfrutó mucho. Fue un padre abuelo”.
Cuando llegó Judith, se sintió la persona más dichosa. Además, tenía a su alrededor a toda su familia y a sus amigos, quienes también estuvieron de forma incondicional. “Era una maternidad muy deseada, yo le di tres años lactancia materna y fue la experiencia más bonita. Ser madre, el parto, ver como esa personita tan pequeñita sale de ti y va creciendo a tu lado. Es emocionante. La mejor experiencia. Sin duda, lo mejor que he hecho en mi vida”.
Al igual que tenía claro que quería ser madre, también tenía claro que le contaría a su hija cómo fue el proceso. Y lo hizo con naturalidad cuando llegó el momento. “Como mi padre, su abuelo, siempre estaba ahí, ella de pequeña lo veía como un padre”, manifiesta.
“Tenía claro que a ella le decía la verdad, tenía que saberlo. Su historia es esta”
Sin embargo, “cuando se fue haciendo mayor un día me preguntó: ‘¿Entonces si el abuelo es mi abuelo, quién es mi padre?’. Yo le expliqué el proceso en un lenguaje acorde a su edad y después hemos seguido hablando. Ella lo ha visto de una forma natural, porque es lo que ha conocido”, asegura.
Asimismo, Susana recalca que “tenía claro que a ella le decía la verdad la primera porque si la gente lo sabía, ella tenía que saberlo y que nadie le contara otra historia. Su historia es esta”, detalla a FaroTV.
Tal y como explica, esta ha sido la mejor experiencia de su vida; por eso, no ha dudado en mandar un mensaje a todas aquellas mujeres que quieran ser madres y no se atreven a dar este paso.
“Si tú deseas ser madre, quizás te encuentres con obstáculos como todo en la vida, pero yo te digo que te arrepientas de lo que haces, no de lo que no haces. Si realmente desean ser madres, que no dejen de hacerlo por el miedo al qué dirán, porque es un problema que tenemos la humanidad. La ‘z’ famosa que hay entre medio de una palabra muy bonita. Nos dedicamos mucho a juzgar y si quitamos esa z jugamos en la vida, nos divertimos y somos felices”.