Un joven de 34 años. Un año de viaje. Nacido en Guinea Conakry. Perdido, asustado, lo abandonan en plena carretera, muy cerca del cuartel de La Legión. Una historia más de esas que se producen en Ceuta, en donde la inmigración, la desesperación y los gestos humanitarios se dan la mano. Y se la dan tan fuerte como puede ser la solidaridad de las personas.
Así, esta madrugada, pasadas las 3.30 horas, este joven inmigrante, abandonado seguramente por el conductor de algún coche que lo dejó en plena carretera, acudía a pedir ayuda a una cafetería-hamburguesería situada en el Tejar.
Llegó al lugar exhausto, cansado y allí sus responsables hicieron lo que el corazón les mandó: darle agua, algo de comer, ofrecerle lo que para este joven suponía algo más que un alimento, porque estaba recibiendo humanidad. Un Boza repleto de cariño. La Guardia Civil y una ambulancia de Cruz Roja llegaron hasta el lugar atendiendo al joven, que se encontraba bien de salud, y que ya ha sido acogido en el CETI.
Un año de viaje le ha llevado hasta Ceuta, un camino de penurias, un pase marcado por los miedos y una etapa final de apoyo humanitario encontrado en aquellas personas que hicieron lo que manda el corazón: atender al que pide ayuda. Así se ha escrito este Boza, con letras de solidaridad.
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