Y en aplicación de este decreto, la primera de estas construcciones fue demolida ayer en la calle Norte, al estar impidiendo la construcción de la estructura viaria de una rotonda cuyo objeto es la anexión de la ITV con la futura prisión y el puente del Quemadero.
Las operaciones de derribo se van ejecutando de manera escalonada, “a medida que se vaya necesitando ocupar los viales con las obras”, aclara Arnaiz. No obstante, también, de manera previsora, se trabaja en la demolición de este tipo de construcciones, antes incluso de que se acometa la obra. “O bien derribamos cuando ya necesitamos ese espacio para finalizar la infraestructura o, por el contrario, vamos demoliendo en la zona donde se van a realizar las obras aunque todavía no se vayan a acometer”.
El ritmo de la demolición puede ser, sin embargo, insuficiente para acometer los futuros proyectos, según plantea el arquitecto municipal. “A veces la velocidad de la ocupación del suelo es superior incluso que la capacidad de la inversión para estas obras”.
Independientemente de ello, Arnaiz confía en que los derribos de construcciones ilegales continúen a buen ritmo de modo que no interfieran en las obras de remodelación del Príncipe.
Una boda aplazada por el derribo
La construcción derribada en aras de permitir la continuación de las obras de mejora del Príncipe ha llevado al aplazamiento de una boda. “Es una vivienda en la que vivía un joven que se iba a casar en breve y ha accedido, de momento, a vivir con su madre y, por tanto, a posponer un tiempo la boda”.
El trámite administrativo que sigue la Ciudad en estos casos comprende la inscripción de los desalojados en una lista de espera para la adjudicación de una vivienda de protección oficial, en caso de que cumpla los requisitos para convertirse en adjudicatario.
La empresa municipal de la vivienda, Emvicesa, dispone de un cupo de VPO para este caso, el último de los cuales se materializó en las viviendas de Loma Colmenar.
Mientras se consigue ubicar a los vecinos que han sido desalojados de estas viviendas, desde la Ciudad el objetivo es lograr que no vuelvan a resurgir estas construcciones. “Hablamos con los vecinos e intentamos que no lo ocupen otras familias porque entonces se retrasan los proyectos”.
Arnaiz insiste en que el procedimiento de los derribos sería “más rápido” de contar con el número suficiente de viviendas protegidas para alojar a las familias que habitan estas construcciones.
Cinco viviendas del Quemadero aún pendientes de su demolición
Al menos a cinco viviendas ubicadas en la vaguada del puente del Quemadero, en la barriada del Príncipe, les espera la misma suerte que a la construcción de la calle Norte. Son edificaciones ilegales que ocupan una zona en la que es imposible acometer cualquier tipo de actuación de remodelación mientras ocupen ese espacio, pero sobre las que no se puede actuar hasta que no se reubique a sus habitantes.
“Son viviendas antiguas que están ahí y que tienen derecho a solicitar una vivienda”, aclara el arquitecto municipal Javier Arnaiz.
Por otra parte, en los terrenos del futuro centro penitenciario ya se han erradicado las construcciones ilegales y, únicamente, resta por derribar la nave Hidalgo, a expensas de su reubicación en una zona cercana. “Se está reubicando, cuando se termine la que se está edificando al lado, se ejecutará su derribo”.
Una vez culminada esta fase se procederá a la construcción de la futura cárcel en esta parcela, la cual se extiende por una superficie de 250.000 metros cuadrados.
SEPES solicita la licencia para las 137 viviendas de Loma Colmenar
a ejecución de las 317 viviendas que SEPES ejecutará en la zona de Loma Colmenar, frente al Hospital Universitario de Ceuta, está a expensas de la solicitud de la licencia de construcción. Tras caducar el permiso, la sociedad estatal ha solicitado nuevamente la licencia “para retomar la construcción y venta de viviendas”.
Con esta promoción se completa la edificación en la zona que comenzó con la primera fase de 225 viviendas de promoción oficial de Emvicesa.
Además, ya se están ejecutando los desmontes necesarios en uno de los terrenos de Loma Colmenar para la ejecución de futuras inversiones privadas en viviendas.