El Instituto comienza la segunda fase de las medidas correctoras.
La Consejería de Medio Ambiente ha recibido las alegaciones del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) dentro del expediente abierto por la contaminación acústica que generan los motores del Hospital Universitario de Ceuta y causa numerosas molestias a los vecinos de las 170 VPO de Loma Colmenar.
El organismo responsable de la sanidad pública asistencial volvió a incidir en que no hay medidas correctoras por parte de la Ciudad en las viviendas. Unas alegaciones en las que también apunta a que, en su día, no se construyeron las viviendas con los parámetros adecuados en la zona acústica donde ya estaba en funcionamiento el Hospital Universitario.
La institución sanitaria reiteró que ya está actuando en los términos que anunció, lo cual se traduce en que ha terminado la primera de las cuatro fases correctoras y ha comenzado las obras de la segunda. Esta medida consiste en la sustitución de las rejillas de ventilación en la sala de máquinas.
Ingesa culminó la primera fase, que fue presentada públicamente el 25 de abril de 2016, antes de continuar con el trabajo de desarrollo de las siguientes. Esta primera parte consistió en el apantallamiento acústico de los equipos de refrigeración en la cubierta del edificio.
El tercer paso en el proceso de insonorización consistirá en la colocación de “elementos amortiguadores en la sala de máquinas”. El Gobierno de la Plaza de los Reyes tampoco se marca plazos al respecto. Este plan de cuatro fases presentado por la Delegación del Gobierno finalizará con el aislamiento total de los sistemas de refrigeración.
Una vez recepcionadas las alegaciones por parte de Medio Ambiente, la Consejería dispone ahora de un plazo determinado para resolver si procede al sobreseimiento del expediente o, por el contrario, sanciona a Ingesa por las consecuencias derivadas del ruido que provocan los generadores del Hospital.
El vecindario de la promoción de viviendas más próxima al flanco donde se encuentra la sala de máquinas se queja, desde hace años, de cómo la contaminación acústica perturba su vida diaria y descanso.