La Gerencia de Atención Sanitaria del
Ingesa sí ha expedientado al exconsejero de Sanidad del Gobierno de Ceuta y jefe del Servicio Digestivo del
Hospital Universitario, Javier Guerrero, algo que este negó iracundo en su comparecencia de anteayer a última hora de la tarde ante la
Jefatura Superior de la Policía Nacional. No es su único desmentido falaz de las últimas horas, aunque sí uno de los más llamativos. “Mentira, mentira, no”, rechazó la pregunta. No es así.
Cinco meses después de que, a principios de este año, el Área de Menores rompiese la relación que el doctor había tejido con el Servicio de Protección a la Infancia desde la crisis migratoria de mayo de 2021, el gerente de Atención Sanitaria de la Dirección Territorial prohibió expresamente por escrito a Guerrero “proporcionar obsequios de cualquier naturaleza a los menores de edad que se encuentran a cargo de la Ciudad Autónoma sin la previa y expresa autorización por parte de Fundación SAMU”.
Así se le comunicó tras la apertura de un “procedimiento informativo” sobre la forma en la que Guerrero seguía recibiendo y atendiendo a niños migrantes no acompañados en el Hospital Universitario. El facultativo aseguró sobre un caso concreto que la exploración que había practicado a un niño se había realizado “a voluntad y petición del menor, estando el acompañante del menor en todo momento en la habitación y encontrándose el baño con la puerta abierta”.
La Gerencia ha seguido recibiendo quejas todo el verano por presuntas consultas a niños solos
No se trata de un caso aislado. El Ingesa ha seguido recibiendo quejas este verano del Área de Menores por el proceder de Guerrero atendiendo en su consulta a niños que acuden al Hospital “de forma autónoma y sin autorización” y “sin el conocimiento y/o consentimiento” de sus guardadores legales. El doctor también negó ante los periodistas anteayer que haya estado recibiendo a menores extranjeros no acompañados, “menas” como él se refirió a ellos, sin compañía de adultos responsables en Loma Colmenar. Solo asumió dos casos “hace poco”, pero “con puertas abiertas, enfermos al lado y el enfermero de
'La Esperanza' conmigo”.
Entre los comportamientos impropios que llevaron al Servicio de Protección a la Infancia a prescindir de la colaboración que Guerrero había ofrecido entre mayo y diciembre de 2021 está también la compra “al margen del guardador legal y de manera arbitraria” de regalos a menores tutelados por la Ciudad.
"Ahora me toca desaparecer"
Cuando se le comunicó verbalmente, el facultativo pareció comprender, según las fuentes consultadas, las razones de la administración: “Si comprar unos calzoncillos y unos calcetines para que jueguen 3 chavales al fútbol es un delito lo asumo”, concedió antes de anunciar que “ahora me toca desaparecer”.
“Entiendo perfectamente la función institucional [del guardador legal] entiendo lo de los regalos, nunca actué al margen de nadie. Nunca quise romper mi relación con vosotros, quedan pendiente [sic] muchos asuntos sanitarios solo te dije que estaría fuera un tiempo, aún hay tiempo. No te preocupes, yo por mi parte os seguiré ayudando en todo lo sanitario”, se ofreció a finales de enero. Ante la Jefatura anteayer cambió de relato y afirmó haber salido espantado y por voluntad propia, no empujado, de Menores: “No estaba de acuerdo con todo lo que estaba viendo y sabiendo […] y dije ‘se acabó, no puedo más”. Es su versión ahora sobre “un clan que se habla, se reúne y planifica cómo acabar conmigo”.
Guerrero, que
el viernes solamente citó a cuatro medios de comunicación de la ciudad, no a El Faro, ante la Jefatura Superior, tampoco dijo la verdad al negar que elDiario.es y este periódico le ofreciesen la oportunidad de dar su versión sobre todo en el artículo del pasado 4 de septiembre en el que se dio cuenta de la ruptura de la relación de Menores con él y de la consiguiente
prohibición de seguir accediendo a los centros como hacía. Guerrero dijo "entender" en enero las razones de Menores, Servicio que ahora abomina
El día 1 de septiembre su al menos entonces responsable de Comunicación en Ceuta Avanza, Juan Carlos Trujillo (con el que ahora Guerrero asevera que no se habla desde “hace meses”), recibió la primera propuesta para que el político participase en el reportaje que estaba en elaboración sobre su figura. Pocas horas después respondió que aunque el líder estaba “muy interesado” en hablar, no sería posible hacerlo ni unos minutos por teléfono porque se había tomado unos días de “vacaciones” y necesitaba desconectar “absolutamente”.
El 4 de septiembre, una vez publicada la información, Guerrero recibió una nueva propuesta para que pudiese “explicar lo que él quiera” en los dos medios a los que ya había amenazado con acciones judiciales. “Muchas gracias!!”, fue la contestación de su colaborador, a pesar de que ahora el médico desmiente sin pudor haber tenido la oportunidad, antes y después, de contrastar lo publicado.