Todos los viajeros de la Operación Paso del Estrecho (OPE) deberían conocer los requisitos sanitarios impuestos en el país al que se dirigen en un contexto en el que la pandemia no ha terminado. A la vista está, sin embargo, que no es así. El primer día con cierta intensidad de tráfico procedente de Europa hacia Marruecos sirvió, ayer, para constatar que no es así. En una frontera con espacios tan limitados como la del Tarajal, cualquier rechazo se convierte en motivo de colapso.
Las autoridades deben hacer un esfuerzo informativo en el itinerario que siguen los marroquíes que regresan a su país de origen y, sobre todo, en Algeciras para que el incumplimiento de esa condición de entrada no se acabe convirtiendo en un problema para toda la ciudad si sigue creciendo con el aumento del número de viajeros el de los que solamente tienen dos dosis puestas o menos, con lo que se verían obligados en caso de querer seguir camino a hacerse una PCR a la mayor brevedad.
El problema de largas esperas, hasta más de cuatro horas, en Loma Colmenar debe ser atendido garantizando la mayor y mejor atención posible a los viajeros, pero no puede reproducir colapsos de antaño.
Por eso es trascendental que todos los que embarquen desde Algeciras hacia Ceuta, incluso en el momento de comprar sus billetes si no lo han hecho ya, sean conscientes de que sin tres dosis contra la covid-19 no podrán atravesar la frontera para evitar complicaciones a los propios afectados (aunque sea su responsabilidad primera iniciar camino de vacaciones sabiendo lo que se les va a requerir) y a la ciudad en general por sus limitaciones fronterizas y de tamaño.