Opinión

"Influencer" y "outlet"

Antes una persona que tenía influencia se denominaba una persona influyente. Una persona influyente era capaz de tocar todos los palillos para conseguir el fin que se había propuesto, ya fuera el de colocar al hijo del Alcalde como subsecretario de industria o al amigo del obispo como gobernador civil de la provincia, no confundir con alguien que te podía recomendar la existencia de un doctor que te quitaría todos los males, eso no era un influyente sino un recomendable. Las recomendaciones siempre han existido y existirán mientras el mundo sea mundo. ¿Quién no es capaz de recomendar a su hijo como el más maravilloso gestor en no importa que puesto?. Son las relaciones personales en todos los ámbitos las que marcan en demasiadas ocasiones las escaladas en los puestos de trabajo. Las recomendaciones y las influencias acaban casándose. Por ello en cualquier ámbito en que nos encontremos, hallaremos personas que han ascendido en el escalafón profesional sin tener el mérito suficiente para situarse en el puesto que tiene.

Hoy en día ha aparecido la palabra “influencer” y he tenido que bucear entre los neologismos para saber en qué consiste un “influencer”, aunque a simple oída puede parecer que estamos ante lo mismo de siempre, una palabra innecesaria dado que ya la tenemos en nuestro rico vocabulario pero que la moda impone entre los más ignorantes de la alberca. Pues buscando he encontrado que el “influencer” está relacionado con las redes sociales y claro, antes no existían las redes sociales, solamente si te gustaba un programa radiofónico por ejemplo el de “Matilde Perico y Periquin”, podías llamar a la radio a decir que te había gustado mucho, en ese caso el citado programa había influido en ti y consecuentemente volvías a escucharlo en la semana siguiente. Sin embargo, no se sabía con exactitud la influencia de ese programa en la audiencia, en conocer el número exacto de oyentes, que al fin y al cabo, y en esto no se ha cambiado, tejía la red de empresas que se anunciaban en esos programas, lo comúnmente llamado publicidad. Una pausa, por favor.

"Don Sabino se casó con Nicolasa Achica- Allende una aldeana, pobre e iletrada, pero sus más de 100 apellidos vascos convencieron al burgués Sabino, llamado a convertirse en el padre de la "patria vasca"

En la búsqueda he encontrado que un influencer se puede considerar a una “persona activa en redes sociales u otro canal de comunicación que, por su estilo de vida, valores o creencias, ejerce un influjo directo en un cierto número de seguidores y expresa opiniones sobre un tema concreto que ejercen una gran influencia sobre muchas personas que la conocen; especialmente, cuando influye en los hábitos de consumo de sus seguidores”. Esto simple y llanamente es una persona influyente en el siglo XXI, o un influyente con taxímetro, ya que debido a que en las redes sociales puedes saber el número de personas que contestan al “influencer”, estos personajes pueden saber cuántos seguidores le escuchan o cuantos seguidores tiene. Según el número de seguidores se dividen en diversas categorías que van desde el “nano influencer”, entre 1.000 y 10.000 seguidores hasta “mega influencer” con 1.000.000 de seguidores o más y “celebrities”, su trabajo genera el reconocimiento de millones y trasladan esa popularidad a sus propias redes, tienen el mayor alcance de todos los “influencer”. Dejo a un lado los “Brand Advocate” y los “Everyday influencer” porque, aunque más especializados, tiene menos seguidores. Bueno pues ya hemos trasladado la palabra influyente a ”influencer”, esta última es la anterior pero seguida por un número preciso de seguidores.

Por ejemplo, Sabino Arana sería un “influencer”, aún hoy día tiene miles de seguidores que hoy permanecen arracimados en el PNV cerca de los que mueven el árbol y ellos han estado recogiendo los frutos, según máxima de otro de los gurús de la banda. Y tiene mucho mérito porque, en su época, sin tener redes sociales nuestro “influencer” Sabino, logró transmitir un credo que atrajo a muchos españoles, aunque después, a algunos los fue dejando a un lado, serían los “maketos”. Así decía el bueno de Sabino “El vizcaíno es emprendedor el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale. El vizcaíno no vale para servir, ha nacido para ser señor; el español no ha nacido para más que para ser vasallo y siervo, (aquí debería referirse a Pedro Sánchez, que clarividencia). El vizcaíno degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en cuando una invasión extranjera que le civilice». «Entre él cumulo de terribles desgracias que afligen a nuestra amada Patria (aquí ya nació la nacioncilla), ninguna tan terrible y aflictiva, juzgada en sí misma cada una de ellas, como el roce de sus hijos con los hijos de la nación española». «Nosotros odiamos a España con nuestra alma, mientras tenga oprimida a nuestra Patria con las cadenas de la esclavitud. No hay odio que sea proporcionado a la enorme injusticia que con nosotros ha consumado el hijo del romano. No hay odio con que puedan pagarse los innumerables daños que nos causan los largos años de dominación». «Etnográficamente hay diferencia entre ser español y ser eusqueriano, la raza eusqueriana es sustancialmente distinta a la raza española». Y más profundamente sobre los españoles, este insigne “influencer”, escribió: «Gran número de ellos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada sólo revela idiotismo y brutalidad». “La fisionomía del vizcaíno es inteligente y noble; la del español inexpresiva y adusta. El vizcaíno es nervudo y ágil; el español es flojo y torpe. El vizcaíno es inteligente y hábil para toda clase de trabajos; el español, es corto de inteligencia y carece de maña para los trabajos más sencillos. Preguntádselo a cualquier contratista de obras, y sabréis que un vizcaíno hace en igual tiempo tanto como tres maketos juntos». «Les aterra oír que a los maketos (españoles) se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz! Es la más digna del odio de los patriotas». «Si hubieran estudiado una miaja de Geografía política y hubiesen tenido una pizca de sentido común, sabrían que al norte de Marruecos hay un pueblo cuyos bailes peculiares son indecentes hasta la fetidez, y que otro al norte de este segundo pueblo hay otro cuyas danzas son honestas y decorosas hasta la perfección; y entonces les chocaría que el alcalde de un pueblo eusqueriano prohibiese bailar al uso maketo, como es hacerlo abrazado a la pareja, para restaurar en su lugar el baile nacional de Euskeria «Oídle hablar a un bizkaino, y escuchareis la más eufórica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español, y si solo le oís rebuznar, podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias». (¿De nuevo Sánchez?). Que lucidez, que talento, que anticipación de lo que en el siglo XXI sería la Patria de Don Sabino, “influencer” divino de su amada tierra. Don Sabino se casó con Nicolasa Achica- Allende una aldeana, pobre e iletrada, pero sus más de 100 apellidos vascos convencieron al burgués Sabino, llamado a convertirse en el padre de la "patria vasca". "Uno de tus deberes principales es el de estar sumisa a mis mandatos y obedecerme en todo lo que no vaya contra Dios", le escribió el novio dos meses antes de la boda, "Si yo por servir a mi Patria te hago padecer, tú debes sufrirlo bien convencida de que así cumples tu deber”. En fin un pedazo de “influencer”.

Una “influencer” nuestro tiempo, dejando descansar ya al bueno de Don Sabino, sería la tal Yolanda Díaz, ya que todo lo que sale de su boca llega a muchos oídos que no se si la escucharán. Don Sabino se casó con Nicolasa Achica- Allende una aldeana, pobre e iletrada, pero sus más de 100 apellidos vascos convencieron al burgués Sabino, llamado a convertirse en el padre de la "patria vasca". Y es que la buena señora desparrama sabiduría bucal sin parar sobre todo en contra de los ricos, a los que tiene enfilados, aunque ella se viste de una guisa que no casa en los suburbios capitalinos, sino más bien con la de una “influencer” de alto copete, y con esa sonrisa perenne y timón en ristre, digo yo que algún seguidor tendrá cuando ha sorprendido sobre las intenciones de los billonarios de las élites tecnológicas ante la evidencia de que “las personas inmensamente ricas son conscientes de que nos vamos al carajo y por ello están diseñando un plan B restringido, pero basado en huir del mundo para protegerse ellos y ellas solas. Es el mundo de los cohetes para escapar de la tierra, el mundo del metaverso o es también el mundo de sus mansiones fortaleza en Nueva Zelanda”. A partir de esas inteligentes, como no podría ser de otra manera, aseveraciones, aunque algunos ya la llamen Lady Cohete, no es de extrañar que nuestro guía material la haya nombrado nada menos que vicepresidente Segunda del Gobierno, ministro de Trabajo en funciones y conseguido ser líder de Sumar. Luego, para bajarse del cohete y llena de humildad ya subida a su púlpito particular finalizó “ese mundo no es el que la ciudadanía quiere sino un mundo que pase por lo común, por la comunidad, por el bienestar, que sepa que tenemos que salvar el planeta, que tenemos que avanzar hacia economías que no dependan de las economías contaminantes". Ella que desprecia a los ricos pero ama a los pobres pues dice «A veces los datos parecen fáciles, pero no lo son. Hay cien millones de personas pobres en España». Pero si solo somos 47millones, incluido el último cayuco ¿querrá decir esta “influencer” que somos doblemente pobres?

"Una “influencer” nuestro tiempo, dejando descansar ya al bueno de Don Sabino, sería la tal Yolanda Díaz, ya que todo lo que sale de su boca llega a muchos oídos que no se si la escucharán"

Ahora, exultante tras el besuqueo con el galán aplaudidor, vulgo felón, y tras la firma en plan hollywoodiense del pacto de legislatura, acaba de anunciar a sus seguidores una buena nueva: los vuelos cortos se han acabado. En vez de dejar a las empresas esa iniciativa dependiendo de su rentabilidad, la comunista pone pie en pared y dice una gansada más, pero esta vez con efectos económicos. No contenta con eso solo y como además es Ministro de Trabajo, suelta que la jornada laboral se reducirá hasta las 37,5 horas, sin bajada de sueldo y aumento del SMI, notándose en el ambiente que no tiene ni idea de lo que cuesta a cualquier empresario levantar el cierre de su establecimiento, todo en contra de los empresarios, ahora, eso sí, dentro de un gobierno progresista. También dentro del pacto incluye castigar a las empresas energéticas mediante una mayor presión fiscal de lo que resulta que algunas empresas como Repsol, haya anunciado la no inversión de determinados proyectos y su posible huida de España ante la falta de seguridad jurídica. Por si fuera poco y esto dedicado a las empresas españolas con inversiones y contratos en el extranjero, pretende gravar, además de los beneficios que obtengan en España, los beneficios que obtengan en cualquier otro país, aun cuando ya hayan cotizado por sus beneficios en dichos países, lo que supondría una doble tributación. Esto, una vez más va a impulsar el traslado de empresas españolas, como en su día ocurrió con las empresas con domicilio social en Cataluña en el momento del golpe de Estado de los delincuentes separatistas. La inversión en España con estas ideas, lógicamente va a ser difícil que acuda. Y es que esta” influencer”, trata de sorprender eternamente pactando gansadas una detrás de otra, pero que van en contra del sentido común, que en los comunistas es difícilmente perceptible.

Y es que el personal inservible y desgraciadamente altamente recomendable, porque no sirve para nada en ningún sector laboral, lo encontramos en los partidos políticos. Es difícil encontrar un gobierno más inútil que el actual gobierno en funciones del felón de la Moncloa. Me recuerdan a la otra palabra de moda: “outlet”, definido como “espacio comercial especializado en la venta de productos de temporadas pasadas o de excedentes de producción a precios inferiores al habitual”, en el sentido del “gobierno outlet”. Y sí, el valor de estos políticos es muy inferior al valor habitual de cualquiera de los que encontremos en países de la categoría de nuestra sociedad. Afortunadamente es hoy la sociedad civil la que está intentando salvarnos de los “influencer” y “outlet” políticos, personajes sin sustancia profesional ni moral que se ciscan en la libertad y que pregonan la igualdad pero que es en lo último que piensan, que obstaculizan permanentemente la labor de las empresas, grandes y pequeñas, que les parece indecoroso que las empresas tengan beneficios y en general, odian la libertad.

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