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Incertidumbre en la vuelta al cole: hablan padres, madres y docentes

La vuelta al cole siempre ha llegado acompañada de sentimientos. Ilusión por estrenar su mochila nueva. Emoción por volver a ver a los compañeros y contarse sus vacaciones. Ganas y nervios por empezar un nuevo curso. Este año en Ceuta, la vuelta al cole trae como compañía la incertidumbre y, en algunos casos, el miedo.
¿Cómo se van a organizar las aulas? ¿Cuántos niños va a haber por clase? ¿Quién va a proporcionar el material necesario como mascarillas o geles? Estas cuestiones, entre otras, se las hacen a diario padres y docentes. “Va a ser una vuelta complicada”, indica Ana Bautista, maestra de infantil del colegio Rosalía de Castro. A día de hoy, los centros de educación desconocen cuál va a ser el Plan de contingencia frente al covid-19. “Los planes están pendientes de aprobación”, asegura David Ugarte, director y maestro de primaria del Príncipe Felipe. Tanto padres, como profesores, quieren una vuelta segura a los colegios.
La contratación de más profesores y maestros es una de las medidas que más se está comentando. “El aumento de plantilla es vital. Permitiría desdoblar los grupos”, dice Raúl Guerrero, profesor del IES Clara Campoamor. Esta opción, además, supondría la creación de turnos y la posibilidad de disminuir el ratio de niños por aula. “No damos abasto. Tenemos cerca de 30 niños en las clases. Yo me siento privilegiada porque tengo 27 niños”, cuenta Aurora López, maestra de primaria en el colegio Mare Nostrum. La reducción de la ratio es una medida importante, ya que se reduciría a la mitad el número de alumnos en las aulas. De esta forma, se podría respetar la distancia de seguridad.
La división de las aulas y los turnos conllevaría, también, al aumento de los empleados de limpieza. Las clases compartidas, como la de informática, música o el gimnasio, tendrían que ser desinfectadas tras su uso. Para poder realizar ambas medidas, se debería invertir más dinero en Educación. “Hay dinero para todo, pero no para Educación”, opina Beatriz Rodríguez, madre de un niño con una patología grave. “Mi hijo no va a ir durante un tiempo por su enfermedad”, asegura Rodríguez.
Los padres quieren una vuelta segura, tanto para sus hijos como para el equipo docente. Otra de las medidas de seguridad que se propusieron, fue utilizar otros espacios del centro, como la biblioteca, el salón de actos o el gimnasio, para dar clases. “Esa es el aula de gimnasia, si la quitan, nos tendremos que ir al patio. Si llueve, nos encontraríamos sin aula para la educación física”, apunta Guerrero. Pero no todos los centros educativos tienen esa posibilidad. El CEIP Príncipe Felipe, por ejemplo, lleva desde el curso 2010/ 2011 solicitando la restauración del gimnasio.
Sin embargo, hay quienes creen que, en el caso de llevarse a cabo los turnos, la solución sería, en el caso de primaria, que solo estuviese la figura del tutor y que el horario se base en las educaciones fundamentales. “No vale de nada reducir el número de alumnos si en las asignaturas consideradas no fundamentales como educación física y música, van a tener que ir cambiando de profesor, quienes han tenido contacto con las demás clases”, opina Bea Rodríguez.
Carolina Sánchez, madre de un pequeño de 3 años con patologías -operado por una malformación- piensa que “ninguna medida es suficiente”, asegura. Como ella, muchos padres no llevarían a sus hijos al colegio. El miedo o el respeto hacia un posible contagio hace que la vuelta al colegio sea una situación complicada.
A toda esta incertidumbre, se le añade la brecha digital. Esta problemática se acentuó a finales del curso pasado al decretarse el estado de alarma. “En mi casa hay un ordenador, el de mi hija. Mi hijo tuvo que hacer la tarea usando mi móvil”, cuenta Ana Isabel Coca. Muchas familias estuvieron en la misma situación. Si se vuelve a las clases online, o semipresenciales como en el caso de los alumnos de la ESO y bachillerato, se tendrá que apoyar a las familias con los recursos tecnológicos necesarios. De no ser así, muchos alumnos no podrán continuar los estudios, aumentando así el fracaso escolar.
Nos encontramos ante una situación muy especial. Nadie estaba preparado, pero para este nuevo curso que empieza se ha tenido tiempo suficiente para organizar.

Apuntes

No todos los centros tienen otros espacios para habilitarlos como nuevas aulas. La opción de realizar turnos implica un aumento de la plantilla, tanto docente como de limpieza. Se tendría que buscar soluciones ante la brecha digital. No todas las familias tienen los mismos recursos tecnológicos.

Miguel Mancilla (Padre)

Miguel Ángel Mancilla es padre de una niña de 10 años que va a cursar 5º de primaria en el Mare Nostrum. “Todas las medidas que se tomen son bienvenidas. Sin embargo, yo no empezaría el colegio ahora. Siempre hay algo más que se pueda hacer. La efectividad de todas las medidas se verán con el tiempo. Pienso que los niños tienen que ir a la escuela, ya que aprenden más a nivel presencial, pero con esta situación habría que adaptarse. Porque la enseñanza online requiere también la dedicación de la familia, aunque yo agradezco mucho la labor de la profesora de mi hija, Susana Martín. Aun así, tendrían que replantear la enseñanza online. Además, toda esta situación tiene un agravante: se ha pensado en los niños y en los profesores, pero no en los abuelos.

Bea Rodríguez (Madre)

Beatriz Rodríguez es maestra del colegio José Ortega y Gasset, tiene dos niños en primaria en el CEIP Santiago Ramón y Cajal. “Mi hijo pequeño entraría a segundo, y como madre, no va a ir durante un tiempo, porque es enfermo renal y entra en el grupo de alto riesgo. Como maestra, al menos, pido un planteamiento por trimestre, porque es verdad que no sabemos que puede pasar de un día para otro. Yo quiero que las clases sean presenciales, pero si se divide por turnos o se reduce el número de alumnos. Los niños tienen que ir mínimo cuatros horas al colegio, si de esas cuatro, tres son religión, música y educación física... y mira que yo doy educación física. Hay que darle prioridad a las educaciones fundamentales. Creo que han tenido bastante tiempo para poder planificar”.

Carolina Sánchez (Madre)

Carolina Sánchez es mamá de un niño de 3 años que empieza en el colegio Mare Nostrum. “Tengo miedo, porque es muy pequeño y, además, tiene patologías. Ha tenido varias operaciones, lo veo como más delicado que cualquier otro niño. ¿Quién me asegura a mi que a él no le va a afectar el virus más que a otra persona? Yo no lo llevaría de ninguna de las maneras posibles. Creo que ninguna medida es suficiente. Aunque se aumente la plantilla para disminuir el número de niños, yo no lo llevaría. Y yo trabajo, pero ya me las apañaría para que no fuera. Mi hijo no ha estado en la guardería y no le afectaría no ir al colegio porque él ya se relaciona con sus primos. Además, tiene un tío que es maestro y de vez en cuando se pone con él y le enseña las letras y los números”.

Raúl Guerrero (Docente Clara Campoamor)

Raúl Guerrero es profesor de Educación Física. “El centro cedió ordenadores a los alumnos que detectamos que tenían necesidades, porque no había para todo el instituto. Se dieron varios medios. Pero aun así, yo he tenido alumnos que tenían en casa un ordenador, pero, por ejemplo, uno de ellos eran cinco hermanos. Y tenían que compartirlo. Esto ya deriva en una de las peticiones que hacemos siempre los ‘profes’, la inversión en Educación. El aumento de plantilla es otra de las claves, este año sobre todo, creemos que es vital. Permitiría, por ejemplo, desdoblar los grupos y que el teletrabajo sea el menor posible. Pero queremos un trabajo presencial seguro. No queremos más experimentos. Y si un alumno da positivo ¿qué hacemos? No sabemos aún las medidas”.

Aurora López (Docente Mare Nostrum)

Aurora López es maestra de primaria. “Tenemos que ir con cierta seguridad. Yo me siento impotente, porque no sé para dónde tirar, cómo llevar esto. Es una incertidumbre diaria. Estoy bastante desanimada, descontenta. Estoy triste, porque yo disfruto muchísimo con mi trabajo. Estoy en el aula, porque quiero estar ahí, me da vida. Y yo veo que la situación no tiene salida. Se ha hecho todo tan mal. Si yo sabía que esto iba a pasar, ¿cómo esa gente no se ha puesto manos a la obra? Y es que se tenían que haber pegado todo el verano intentado solucionar este problema. Quieren hacer en dos días lo que no han hecho antes. Y eso va a ser una chapuza. Además, los colegios no están preparados, pero porque no se ha invertido en ellos. Necesitamos que las normas sean claras”.

Ana Isabel Coca (Madre)

Ana Isabel Coca es madre de una niña que estudia un Grado Superior y de un niño de 6º de primaria del colegio San Daniel. “Yo siento mucha inseguridad. Yo no estoy de acuerdo en que los niños vayan al colegio sin saber las condiciones en las que van ir. Hay que buscar soluciones, sean las medidas que sean, para que nadie salga perjudicado. Todos tenemos que hacer esfuerzos y adaptarnos. Mi experiencia con la enseñanza online ha sido mala. Yo dejé de estudiar hace mucho tiempo y había cosas que yo no sabía cómo explicarle a mi hijo. Ha habido muchas familias que los dos han estado trabajando y no han podido ayudar a sus hijos. Luego está, que en muchas casas, como en la mía, solo hay un ordenador. Mi hijo tenía que hacer la tarea en el móvil”.

David Ugarte (Docente Príncipe Felipe)

David Ugarte es director y maestro de primaria en el CEIP Príncipe Felipe. “La evolución del virus nos está dando señales de que hay decisiones que no se pueden tomar hasta ahora. Nos encontramos a 10 días de empezar, y solo vamos a tener 6 para organizar todo. Encima, los padres nos preguntan y no sabemos qué contestar, porque los planes de contingencia todavía están pendientes de aprobación. Es una incertidumbre constante y más sabiendo que la evolución del virus es que va a seguir aumentando. Lo que se necesita es una inyección económica grande que esté destinada al aumento de la plantilla y de material. Todos sabemos que la situación nos ha superado, pero se ha tenido tiempo para prever soluciones. Lo que más nos preocupa es el tema de la limpieza”.

Ana Bautista (Docente Rosalía de Castro)

Ana Bautista, maestra de infantil, cree que “los niños tienen que ir al cole. Son muy pequeños y necesitan socializarse, ya que el contacto a esas edades es primordial. Las clases online con niños tan pequeños cuestan, porque necesitan siempre la ayuda de sus padres. Además, la figura del maestro es principal para ellos en su crecimiento. Y, encima, no todos tienen la misma accesibilidad a internet. Nosotros teníamos actividades programadas en la plataforma del colegio para poder dar clases y los niños han recibido todo su contenido. Lo hacíamos mediante vídeos. Pero para este nuevo curso, si no hay vuelta al cole, intentaríamos mejor todo lo posible el método educativo. Pero yo soy optimista y espero que la vuelta al cole sea segura, aunque sé que está difícil”.

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