Parecía un viernes por la tarde cualquiera, pero acabó por marcar la existencia de un buen puñado de vecinos de Ceuta. Los que residían en el edificio de colores de la Calle Real lamentan ahora encontrarse con "la vida secuestrada", habiéndose ido "con lo puesto" y encontrando severas dificultades para realojarse.
Tomas Carnicero vive desde entonces "de prestado", en lo que se refiere a la ropa y, aunque en su caso contaba con otra vivienda donde alojarse, ha visto como a sus compañeros de edifico se les complicaba encontrar un techo: "Hay muchos que siguen en hoteles. En los alquileres, si por la mañana te pedían 900 euros, por la tarde subían a 1.700", subraya.
Con el susto aún fresco, Carnicero mira hacia el futuro. Explica que, según les han comunicado, "podrían tardar unos seis meses en volver".
Esa fecha no la tiene tan clara Susana Ascaso, otra de las desplazadas de la colorida edificación. Ella detalla la necesidad de llevar a cabo una serie de obras en el interior del edificio, como paso previo preceptivo para el retorno: "Según la relación que nos han pasado hay unos pilares fundamentales que hay que reestructurar y poner todo el sistema de luz, agua y residuos fecales, que está dañado".
Mientras, "con ropa interior nueva", que ha tenido que comprar por la urgencia, espera en casa de unos familiares. Lo hace desde que el pasado viernes por la mañana salió "a trabajar" y ya no pudo volver, "salvo a por lo esencial, sacar la basura y quitar las cosas de la nevera y el congelador".
Aguarda el regreso junto a su gato, "al que no le ha hecho mucha gracia el cambio de domicilio" y que continúa "estresado y asustado por el incidente".
Ha pasado una semana, pero aún desconoce "los motivos del incendio", cuya investigación sigue en manos de la Policía Científica.