Agentes del SEIS tuvieron que intervenir la pasada madrugada para sofocar las llamas provocadas en un vehículo modelo Mercedes que estaba estacionado en el Recinto. El incendio fue provocado y dañó el turismo que es propiedad de un familiar directo de un agente de la Policía, aunque no se ha confirmado que esto haya sido determinante para la provocación de dicho atentado.
Una vez que Bomberos sofocó las llamas tuvo que intervenir, horas después, en pleno centro, en donde se provocó la quema de un contenedor ubicado cerca de la Manzana del Revellín. En este caso se sospecha que pueda ser fruto de meros gamberros, como los que habrían actuado días atrás en la calle Real provocando la quema de otro contenedor.
Al margen está la quema de coches que se ha convertido en una práctica delincuencial ya asentada en la ciudad y que se erige en una problemática de primer orden a la que ha resultado imposible buscar respuesta. El abanico de causas y orígenes es demasiado amplio.