Hace unos días acudió a mi memoria la figura de mi apreciado amigo Simón Chamorro. Lo comenté con Silvia, mi mujer, por si sabía algo de él. Algo me decía que el final de su vida se acercaba y, por desgracia, mi presagio se ha cumplido. Cuando alguien fallece emergen a nuestra mente los recuerdos que atesoramos de esa persona que acaba de dejarnos. Mi primera imagen de Simón es la de un encuentro en la sede del Instituto de Estudios Ceutíes en la que me propuso formar parte de tan prestigiosa institución académica de nuestra ciudad. No hacía mucho tiempo desde mi regreso a Ceuta tras completar mis estudios universitarios en Granada. Darío Bernal y yo estábamos codirigiendo nuestra primera excavación arqueológica en nuestra querida tierra y ambos entramos juntos en el IEC. También fue Simón quien me presentó a mi amigo del alma, Óscar Ocaña, otro de sus fichajes para el Instituto de Estudios Ceutíes. Su apuesta por la juventud era muy decidida, una dimensión de Simón estrechamente vinculada a su labor docente. Yo no tuve la suerte de ser alumno suyo, pero quienes lo han sido describen a Simón como un profesor serio en el rictus, pero con una capacidad increíble de transmitir la pasión por la investigación científica. Como bien me ha comentado su cuñado y estimado amigo Pepe Torrado, Simón era un hombre del renacimiento por la diversidad de las temáticas que dominaba y su amplísima cultura.
Su apuesta personal por mí se tradujo en contar conmigo como vocal de publicaciones en su primera etapa como director del IEC y en su entusiasta apoyo a la propuesta que le hicimos Óscar y yo de organizar unas Jornadas del Mar. Compartimos muchas sesiones de trabajo de la Junta Rectora del IEC y le acompañé en multitud de ocasiones a reuniones con responsables de la Ciudad Autónoma de Ceuta. Recuerdo, en especial, una reunión en la Universidad de Tetuán con profesores de la facultad de humanidades. Para sorpresa e indignación de nuestros amigos tetuaníes alguien se asomó a la sala donde se celebró el encuentro para tomar fotografías de los que allí nos dimos cita. Simón en ningún momento perdió la compostura, pues conocía muy bien las peculiaridades de nuestros vecinos.
"Simón era, sobre todo, una buena persona"
Compartí con Simón y otros compañeros del IEC, como Luciano Alcalá, Manolo Cámara o Francisco Herrera, los modestos inicios de la etapa de refundación y crecimiento del IEC. Simón y su equipo pusieron las bases del actual IEC que han enriquecido con sus valiosas aportaciones los compañeros que le han sucedido en la dirección del IEC: Rocío Valriberas y José Antonio Alarcón. Sin la dedicación de Simón y su empeño en consolidar los cimientos del IEC no contaríamos con la sólida institución que es hoy en día.
De Simón me quedo con el ejemplo de su constancia, su generosidad con las nuevas generaciones de investigadores ceutíes, su entusiasmo por el conocimiento, su capacidad de dar forma a un proyecto institucional tan ambicioso como el IEC, su amor y entrega a Ceuta, su sabiduría y extensa cultura, pero, sobre todo, guardo como un tesoro su sonrisa y el afecto que desprendía cuando nos encontrábamos y nos apretábamos la mano. Simón era, sobre todo, una buena persona.
No quisiera terminar este escrito sin dedicarle unas palabras a Pilar, su mujer. Conozco de primera mano, por mi padre, la dureza de una enfermedad tan terrible como el alzheimer. Se le rompe uno el corazón cuando la persona a la que amas va perdiendo la memoria de lo que ha sido y deja de reconocer a los suyos. Luego viene el progresivo e imparable deterioro físico. La vida nos pone estas duras pruebas de amor y entrega a personas que han sido fundamentales en nuestra existencia. Ellos no pueden expresarlo con palabras, pero al mirarlos a los ojos uno siente que agradecen el cariño que le prestas. Pilar ha dado una lección de dedicación a una persona tan especial como Simón, a la que siempre recordaré como el amigo que apostó por mí y por los investigadores de mi generación, así como una de las personas que más han contribuido a la promoción y difusión de la investigación científica en Ceuta. Descansa en paz, querido amigo y gracias por tu importante legado.
DEP
Una gran pérdida para Ceuta y para todos los que tuvimos la suerte de conocerle y tratarle. Mi más sincero pésame a la familia, compañeros y amigos. Un fuerte abrazo.
humilde y de gran corazón, DEP
Una gran perdida. Simón Chamorro ha sido una persona que ha hecho mucho desde su labor docente y en su trayectoria en el Instituto de Estudios Ceutíes por la Cultura e Investigación en nuestra tierra. Tuve el honor de conocerle y de disfrutar de su conversación y de muchas horas escuchando música clásica de la que era un gran aficionado, me enseño a conocerla y disfrutar de ella. Mi más sentido pésame a Pilar su esposa siempre dedicada a él. D.E.P.
DEP
Te quiero Simón fuiste como mi padre ❤️ tu cuidador y amigo nunca te olvidará
Una gran persona y un gran profesional, muy comprometido con el IEC, en el que desarrolló una impecable labor.
Decansa en paz, amigo Simón.
Mi más sentido pésame a toda su familia.