Un reconocimiento al esfuerzo tras retomar los estudios. Los alumnos del bachillerato nocturno y a distancia han festejado en Ceuta su acto de graduación, un evento que cierra una etapa vital importante.
Muchos de ellos han regresado al mundo académico tras dejarlo por diversos motivos.
Es esta la razón por la que los profesores han reconocido que tiene "más mérito" aún volver después de un tiempo habiendo logrado alcanzar sus metas con éxito. Los matriculados en esta modalidad han celebrado en un ambiente familiar su último paso por el instituto.
Nadie se ha quedado atrás en esta entrega de diplomas. Todos se han apoyado y, entre vítores, se han congratulado por cumplir con esta meta que va a abrirle nuevas puertas.
“¡Guapa!, ¡Guapo!”. Se han sucedido una y otra vez gritos de júbilo. Muestra de que a través de las clases se han tejido vínculos de gran calado. “Todo hace indicar que celebramos algo importante. El fruto de años de esfuerzo y sacrificio”, ha señalado María Luisa Gil, jefa de estudios del centro.
Un sendero que no ha estado exento de desafíos y obstáculos, unas trabas gracias a las que han crecido en “madurez, resiliencia y determinación”, ha apuntado. “Es el momento de alcanzar una meta más ambiciosa”, ha expresado. Les ha encomendado valentía y humildad para seguir el trayecto hasta llegar a su destino.
Otros profesores también han aprovechado la oportunidad para dedicarles unas palabras a modo de despedida. “Todos tenéis obligaciones. Estáis porque lo habéis decidido”.
“Aparte de este compromiso, tenéis vuestra vida, hijos y trabajos lo que hace que la graduación sea más importante”, ha destacado Laura, docente de Historia y geografía. Ha indicado que se siente agradecida por haberles dado clase y, sobre todo, por abrir con ella su corazón. “Me contáis vuestros problemas e intento daros los mejores consejos”, ha concluido.
Dos alumnos se han animado también a dar su discurso. Nayua y Munar no han olvidado a sus profesores en sus palabras, a los que les han dado las gracias sin dejar atrás algunas simpáticas anécdotas.
“Habéis despertado nuestra curiosidad y nos habéis enseñado que no es una obligación, si no que entramos en el mundo del saber”, han manifestado. “Teníamos alas, pero nos enseñasteis a volar”, han comentado, emocionados.
La graduación también ha tenido su tinte reivindicativo. Una de las estudiantes ha subido al escenario arropada por la bandera de Palestina. Compañeros la han seguido en su gesto.
Dos alumnas, Nayua y Sara, han recibido un reconocimiento especial, respectivamente, el del mayor esfuerzo y el de mejor expediente académico. Un acto cuyo broche de oro final han sido imágenes de todos los momentos que han compartido.