Tocó el debate sobre las devoluciones en caliente. Tocó que el PP impusiera su mayoría absoluta en el Senado para bloquear la propuesta de Podemos que solicitaba aplicar un sistema más garantista. Porque lo que ahora existe no lo es. Lo pueden calificar de cualquier manera, pero garante de los derechos de PERSONAS no. Le tocaba intervenir al senador Juan José Imbroda, que es ‘el Vivas’ de Melilla pero con lengua mucho más larga. Y para no defraudar soltó unas perlitas que, conociendo ya al personal, causan lástima. Lástima porque, sabiendo que cree lo que dice, debe ser realmente triste mantener unos criterios de vida basados en tanta loa al absurdo.
Dice Imbroda que las devoluciones funcionan estupendamente bien y toca la vena del público genérico que, sabe, le va a aplaudir usando un discurso con el que juega sucio. “En las casas se entra por las puertas, no por las ventanas”, dijo, confiado en obtener su aplauso como lo tuvo cuando equiparó a los guardias civiles con azafatas en su defensa de la línea fronteriza. Sabe perfectamente lo que dice y sabe perfectamente a quién se lleva de calle. Escenifica un mínimo avance del ‘llévatelos a tu casa’.
Lo que pasa es que el discurso de Imbroda, como el del PP, no tiene todos los fieles que quisieran y cada vez hay más personas que no se dejan llevar por el encanto de los brutos del pueblo. “Si la valla no sirve, pues la quitamos y ponemos una cortina”, siguió Imbroda, alertando (el PP es el número 1 en el discurso del miedo) del efecto llamada que supondría cambiar el sistema ahora impuesto en el vallado.
Llegará un día, lo sé, en el que nos lamentaremos de haber aplaudido el discurso de azafatas, cortinas y burlas en vez de empatizar con una realidad que está terminando por destruirnos como personas. Porque secundar los discursos de asustaviejas permitiendo que sigan vigentes medidas que atentan contra los derechos humanos que decimos defender es grave, pero convertir esto en algo normal resulta monstruoso.
Las devoluciones en caliente no cumplen con las garantías que permitan la defensa sobre menores, sobre víctimas de trata, sobre huidos de guerra, sobre todos esos hombres y mujeres que decimos defender en foros europeos. Podemos ser sinceros y al menos asumir que no lo estamos haciendo bien, esa quizá sería la postura congruente. Pero los hooligans del poder se se encargan constantemente de hacer lo contrario. Usted si quiere los puede apoyar, aplaudir y secundar, pero al menos no se engañe sosteniendo que sea lo correcto porque, humanamente, no lo es.