Las matronas son las profesionales sanitarias en contacto directo con la mujer, con lo cual, en estas fechas, encaran la tarea de proporcionar un asesoramiento apropiado a las musulmanas relativo a la seguridad y los riesgos del ayuno. La matrona de Atención Primaria de Ingesa en Ceuta, Iman Mohamed Fehmi, explica cuál es el impacto de esta práctica religiosa en el embarazo y la lactancia.
Para empezar me gustaría recalcar la importancia de todos los trimestres de la gestación a nivel de formación y desarrollo fetal, puesto que es un proceso fisiológico en el que el futuro recién nacido requiere un aporte continuo y estable de nutrientes y líquidos para su formación. El ayuno durante un periodo prolongado puede suponer carencias que en la madre es fácil detectar, puesto que aparecen síntomas que la ponen en alerta, como debilidad, hambre excesiva, mareos…
Sin embargo, la diferencia con el bebé es que no podemos conocer su estado ante esas carencias y si aparecen síntomas son muy tardíos. Por lo que desde las consultas de los profesionales que tenemos contacto y atendemos a las gestantes no se les recomienda el ayuno durante el mes de Ramadán. Por otra parte, comentar que el islam pretende hacer que la práctica de la religión sea fácil para el musulmán, por lo que prohíbe el ayuno cuando este puede perjudicar la salud del ayunante.
La mujer gestante o que amamanta esta eximida del ayuno durante el mes de Ramadán pudiendo recuperarlo después cuando acabe el embarazo y el periodo de lactancia, por lo que no se le recomienda el ayuno debido a la incertidumbre del estado fetal. Si a pesar de ello decide ayunar, se recomienda evitar actividad excesiva durante las hora de ayuno, evitar exposición a calor, alimentación sana y en la medida de lo posible fraccionada durante la noche para evitar comidas copiosas y pesadas y, por supuesto, una hidratación adecuada, sobre todo recordando los largos días de ayuno actuales.
Esta es una pregunta difícil de conocer con exactitud, en la consulta se ven todas la opciones, pero generalizando un poco existe tendencia al ayuno entre las mujeres embarazadas. Sin embargo, cuando acuden y les damos consejos y las informamos al respecto, entienden el riesgo y tienden a cuidar su gestación y su hijo evitando el ayuno, además se ve como tienen el apoyo de su entorno para ello, sobre todo el apoyo de los papás.
Existe poca evidencia sobre el ayuno del mes de Ramadán durante el embarazo y hay necesidad de realizar más estudios sobre este tema. Los estudios disponibles describen mayor riesgo de bajo peso al nacer. Otros riesgos que pueden aparecer son taquicardia fetal, infecciones del tracto urinario en la madre, cólicos nefríticos, contracciones, amenaza de parto pretérmino y en el peor de los casos fallecimiento fetal. Las consecuencias peores afortunadamente se ven poco pero, cuando sucede, es una lamentable situación para la familia. Por ello ponemos todo nuestro esfuerzo para evitar que aparezcan.
Las mujeres y los profesionales que las atendemos queremos lo mejor para el desarrollo óptimo tanto para el feto como para el recién nacido, por lo que quiero recordar que la lactancia materna es la mejor forma de alimentar al recién nacido, de forma exclusiva (solo con leche materna) durante los primeros seis meses de vida y con alimentos complementarios hasta mínimo los dos años de vida.
Esta es una recomendación en la que coinciden ciencia y religión, ya que el islam siempre ha recomendado amamantar a los bebés durante los primeros dos años de vida y por ello la mujer que amamanta también está eximida del ayuno. La leche materna está formada por una gran cantidad de líquido y de nutrientes. Si la madre se priva de estos, tanto la cantidad de leche como su aporte de nutrientes se verá reducido comprometiendo la alimentación adecuada de su bebé. Siendo una lástima que este sea el motivo del destete teniendo en cuenta las innumerables ventajas de la leche materna.
En el periodo conocido como cuarentena, la mujer no tiene permitido el ayuno, igual que durante la menstruación. Y posteriormente, una vez superada esta etapa, vuelvo a mencionar que si la mujer amamanta continuamos recomendado no ayunar para no afectar la producción láctea, y si la alimentación del recién nacido es de forma artificial ya dependerá del estado de salud en concreto de cada mujer.
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