La responsabilidad de cargar con el peso de una producción llamada a ser la madre de todos los proyectos de Marvel era de talla cósmica, sobre todo con la expectación creada y las zanahorias astutamente colocadas en todas y cada una de las películas centradas en los protagonistas que ahora formarán el grupo más poderoso de la Tierra. Pero el presupuesto era igualmente descomunal, y como un gran poder conlleva una gran responsabilidad, que diría Spiderman, el director, productor y también guionista tanto de cine y televisión como de cómics Joss Whedon se ha puesto el reto por montera y el resultado es el sueño de todo aficionado marvelita que se precie y entre los que se encuentra quien suscribe: Los Vengadores son de carne y hueso, y nada menos que con las caras de Robert Downey Jr., Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Chris Evans, Samuel L. Jackson, Chris Hemsworth o Tom Hiddleston. Semejante reparto no tiene más remedio que verse las caras ante el peligro para la Humanidad que supone la nueva ofensiva de Loki, hermanastro de Thor y villano a tiempo completo. El producto muestra un maravilloso equilibrio entre espectáculo con mayúscula y un guión tan sencillo como efectivo que niegan contundentemente aquello de que este género tan comprometido con la forma se olvida del fondo como característica principal. Una vez más afirmamos sin pudor que existe la posibilidad de comer palomitas en el cine sin avergonzarse y sin sentir hueca la sesera.
Intento que mi entusiasmo no nuble el análisis, pero la objetividad es algo relativo y ustedes entenderán que un comiquero de pro no tiene más remedio que disfrutar cual Stan Lee en un cameo (en este caso no podía ser menos y realiza su ya clásica y fugaz aparición estelar: premio para quien lo cace) semejante evento planetario.
Durante las exiguas dos horas y media que dura la cinta nos toparemos con las inevitables dificultades introductorias de tanto personaje, una buena porción de lo mejor de cada una de sus personalidades (hecho que ya es un lujazo en sí), un vestuario mejorable y momentos de acción apabullantemente atractivos. Especial énfasis hay que hacer en la “discusión amistosa” entre Iron Man y Thor, y sobre cualquier otro detalle, los momentos en los que Hulk aparece en escena; he visto mucho cine de superhéroes y jamás había asistido a algo parecido a la inigualable sensación de miedito del gordo que aporta el verdoso protagonista (ni siquiera en sus propias películas por separado), y seguro que Loki tampoco…
Si son o han sido alguna vez aficionados a los superhéroes, mucho están tardando en ir a ver esta película, y si no lo son pero les apetece disfrutar de un estético sarao de tintes apocalípticos con sentido y sin freno, no sé qué pintan sentados en el sofá de sus casas. ¡Vengadores, reuníos!
Puntuación: 7
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