La celebración del mes sagrado de Ramadán tiene uno de los momentos más importantes en el acto de ruptura del ayuno, que se erige además en un acto de convivencia entre los presentes. Este miércoles Luna Blanca no solo compartió el Iftar con personas de distintas confesiones sino que quiso aprovechar para reconocer la labor que desempeñan particulares y entidades en los diferentes ámbitos en los que están presentes.
Fue un momento de confraternidad y unión entre todos, un ejemplo frente a los que solo quieren imponer mensajes de rupturas, odios o recelos. Esos no caben en nuestra sociedad, no se les debe dar ningún tipo de acogida o cariño porque vienen a suponer la muerte para Ceuta.
La asociación Luna Blanca, que lleva años destacando en su lucha por apoyar a los más desfavorecidos, dio un buen ejemplo de lo que es y debe seguir siendo la sociedad ceutí en donde todos sin excepción tienen cabida y en donde lo más importante es compartir precisamente el conocimiento mutuo de las distintas tradiciones, culturas y religiones. Hay quienes ven en ello una afrenta, pero el conocimiento nunca ha sido malo, al contrario, es lo único que puede salvarnos como sociedad. Hoy y siempre.
Las distintas autoridades fueron invitadas a este Iftar así como miembros de las formaciones políticas, todas presentes porque aquí no cabía tintes electoralistas sino que se debía estar como aceptación de la Ceuta que se quiere.
Luna Blanca, que demuestra una acción social que cobra incluso mayor significado en Ramadán, presentó esta ruptura del ayuno en comunidad, siendo un ejemplo de proyección de la convivencia real que nunca debe perderse y ante cuya defensa no valen medias tintas sino únicamente la valentía.