Siete meses. Ese es el tiempo que ha tardado en ser identificado el dueño del dogo argentino que atacó a una mujer, en marzo, en
Huerta Tellez, Ceuta. El sospechoso ya ha declarado tras una larga investigación y dos citaciones. Por su parte, la afectada, María Dolores García, de 37 años, sufre graves secuelas, con "cicatrices pronunciadas, movilidad limitada y dolores". El proceso para dar con el hombre --que tiene antecedentes penales de diversa índole-- ha sido largo y parte de la investigación realizada por la afectada y su marido, Ricardo José Sánchez, quién relata lo sucedido desde aquella trágica noche en Huerta Tellez. "El día que ocurrieron los hechos vimos la cara del culpable, tanto mi mujer como yo. A partir de ahí empezamos a investigar por nuestra cuenta sobre el nombre y residencia del individuo y el
animal", inicia su narración. Destaca Sánchez "la colaboración de algunos vecinos que al describirles la apariencia física del sospechoso" ayudaron a "atar cabos hasta dar con su nombre, domicilio, donde trabaja, redes sociales y donde tenia el animal". Una vez localizado, se le remitió una primera citación, a la que "no respondió". Si lo hizo a la segunda y, por fin, a finales de la pasada semana, acudió al
juzgado a declarar. Con el proceso en marcha, la afectada y su esposo solo desean que "la justicia haga su trabajo y este hombre pague, tanto por las graves lesiones sufridas, como por salir huyendo del lugar cobardemente en vez de ayudarnos", concluye Sánchez.
Un ataque inesperado
Los hechos ocurrieron pasadas las dos de la madrugada del lunes 27 de marzo de 2023, según relata Sánchez. Aprovechando "el ambiente que había por el
Ramadán" y las vacaciones de su hijo de diez años, salieron a dar un paseo hacia el parque nuevo de la barriada. "De repente escuché que algo se aproximaba por la espalda", explica Sánchez. Era un perro de gran tamaño que iba suelto. "Se iba a abalanzar sobre el niño y mi mujer puso el brazo, entonces lo agarró entre sus fauces tirándola al suelo y zarandeándola". La acera rápidamente se llenó de sangre y la mujer no paraba de chillar. "Me lancé a por el perro, tratando de quitárselo pero era imposible". "Una pesadilla", según rememora Sánchez, que pasó muy rápido. El ataque se detuvo cuando el dueño, que llevaba pantalones oscuros y sudadera gris, apareció en el lugar y llamó a su perro: "Cuando vio el percal que había armado, con la sangre y mi mujer en el suelo, rápidamente huyó y no pudimos alcanzarle".
Secuelas graves
María Dolores García ha tenido que ser sometida a
varias intervenciones en su brazo, donde permanecen visibles cicatrices de tamaño y profundidad considerable. Según explica su marido, "apenas puede usar el brazo y, desde luego, no puede hacer ningún esfuerzo con él". Añade que en el reconocimiento del forense le dieron "
38 puntos de secuela" y sufre dolores de manera permanente.