El Ministerio de Interior vuelve a ‘vender’ por enésima vez su actuación en el perímetro fronterizo. Ellos lo llaman Plan de Modernización de las vallas, que queda mejor. Ahora vuelven a poner fecha, dicen que en unas semanas quitarán las concertinas, esos alambres que matan, cortan y marcan para siempre. Así, sin concertinas, los socia ‘listos’ seguirán sintiéndose claros defensores de los derechos humanos y venderán eso de que respetan la dignidad de las personas. Lo harán justo después de haber financiado la colocación de más vallas y concertinas en Marruecos y de haber suplicado a la UE que dé aún más dinero al ‘socio’ al que poco le importa lo que digan de sus prácticas, de sus detenciones y sus comportamientos hacia los inmigrantes. Son todos tan especialmente falsos que no sé cómo se atreven a vivir atrapados en esa esquizofrenia de sentimientos y comportamientos enfrentados.
La retirada de las concertinas vendrá rodeada de una falsa humanización vendida
Del Plan de Modernización de una valla obsoleta pasarán a una segunda fase, estoy segura. En breve nos venderán que se trata de un proyecto de ‘dignificación’ porque ya no tendremos imágenes de inmigrantes sangrando tras cortarse con las concertinas o cuerpos colgando como péndulos movidos al viento que tienen que ser retirados ya sin vida por los bomberos, después de saltar una valla que mata aunque en Interior siempre lo hayan negado. Nos hablarán de dignidad mientras hombres, mujeres y niños se mueren ahogados en el mar. Pero como no vemos sus cuerpos, no nos enteramos y disfrutamos de un Estrecho convertido en la fosa de los sin nombre permitida y financiada por el sistema. Que sepan que se abre esa vía a la muerte, que existe, que permanece y que es igual de sangrante.
Los socia ‘listos’ deben estar muy contentos. Siguen siendo el partido de progresistas que mantiene una O indecorosa en sus siglas y que disfraza sus políticas migratorias con gestos como la anunciada retirada de concertinas mientras maniobra por la espalda para advertir a sus colaboradores de que no bajen la guardia. Y esto lo hacen con personas, siguiendo la ruta marcada por aquella derecha a la que atacaban cuando incurría en las mismas prácticas que ellos repiten.
Llegará un momento en que la historia nos hará odiar muchas de las cosas que hoy consentimos y aplaudimos porque todos somos cómplices de una cobardía por nuestros respaldos y nuestros silencios.