El conflicto desatado por parte de los facultativos de Ceuta para cobrar su plus de exclusividad sin recortes aunque compaginen su actividad en la sanidad pública con consultas en la privada acumula, según el Sindicato Médico de Ceuta, más de 10.000 consultas y 330 intervenciones quirúrgicas canceladas.
Los movilizados mantienen su pulso con la administración, ninguna de cuyas propuestas de negociación ha hecho recapacitar a los huelguistas, que por pocos que hayan sido muchas jornadas están causando desajustes muy importantes y perjuicios muy directos a los pacientes.
El colectivo ha ido ampliando más allá de sus reivindicaciones económicas personales la lista de motivos que justifican su postura, desde la necesidad de más recursos humanos y materiales a la urgencia por cubrir déficits del sistema en los que podría coincidir toda la ciudadanía.
Con hasta los sindicatos divididos, el SMC ha querido saltarse los cauces de negociación establecidos y ha apelado desde a los ministros de Sanidad que han gestionado esa cartera durante los últimos cinco meses hasta al propio presidente Pedro Sánchez. Incluso al Parlamento europeo se han dirigido.
Es urgente que los médicos que secundan el paro recapaciten sobre su postura y que se abra un diálogo amplio con todos los departamentos de la administración implicados, todas las centrales representativas y todos los agentes sociales para poner fin a un conflicto que no debería degenerar en ningún caso irreparable, pues son muchos los derechos fundamentales contrapuestos que están en juego a los que ninguna parte debe tener que renunciar, pero tampoco imponer por las bravas.
Pregunten cómo negocian los pilotos de líneas aéreas. A lo mejor se llevan una sorpresa.