Aunque ya hablamos ayer de lo que significan las jornadas del 4 y del 5 de agosto en nuestra ciudad, lo cierto es que la participación en la ofrenda floral ante el Santuario de la Patrona volvió a romper todos los moldes. Desde numerosos puntos de la ciudad hubo reuniones previas de grupos de ciudadanos que se concentraban y que después se dirigían juntos hasta la Plaza de África. Mareas humanas que llegaban desde todos los puntos desde el Recinto, desde San José, desde Los Rosales, de las Puertas del Campo, del propio centro. Una peregrinación de ceutíes que se dirigían a poner las flores a su Patrona en el primero de los dos días en que la Santísima Virgen de Africa rompe la tradición y abandona su templo. Para la ofrenda nada más que hasta la puerta, pero regresa dentro para que sea subida a su paso y procesional mañana por las principales calles. Por supuesto, que hoy, 5 de agosto, será de nuevo un día grande para todos, no importa la confesión religiosa de cada uno, porque al fin y a la postre, la Virgen de Africa protege bajo su manto a todos los que han nacido en esta tierra o han hecho de ella su lugar de residencia.
Santa María de África mirará hoy a derecha e izquierda y al final nada más que verá a ceutíes que han ido a verla para agradecerle esa infinita vocación que tiene por proteger a estos veinte kilómetros cuadrados, como ha hecho en varias ocasiones a lo largo de la historia.
Además, la jornada de hoy será la última de la Feria. Una Feria que ha vuelto a servir para que sean miles los ciudadanos que han bajado hasta el Real a divertirse a lo largo de todas estas noches. Ya será el momento dentro de unas fechas para que se realice el oportuno balance de las fiestas.