El Ilustre Colegio de Abogados de Ceuta, ICACE, reconoció ayer, en un acto solemne, no exento de sinceras dosis de emoción, la trayectoria de dos de los letrados más prestigiosos de la ciudad, Juan Luis Muñoz Cervantes y Moisés Gabizón, que acaban de cumplir 25 años de ejercicio colegial.
De tal manera, reunidos para la ocasión, colegas de la Abogacía ceutí, familiares y amigos de los dos letrados se dieron cita en el Restaurante Rigoletto, sito en el Parque Marítimo del Mediterráneo, para compartir un almuerzo durante el cual la decana del ICACE, Isabel Valriberas, entregó a Muñoz Cervantes y Gabizón sendos diplomas en reconocimiento de la extraordinaria labor de ambos durante el ejercicio de la profesión.
Asimismo, hubo espacio para que ambos protagonistas compartieran unas palabras con los presentes e inmortalizaran, de manera paralela, el momento, además de en la memoria, en fotografías que permanecerán ya para siempre en sus respectivos archivos familiares.
Por último, cabe destacar que, pasados 25 años desde que Muñoz Cervantes, que asimismo ha visto cómo la saga de abogados ha continuado en su hijo, Juan Luis Muñoz Arbona, y Gabizón tomaran el cargo y comenzaran su trayectoria, ambos siguen en activo, trabajando a diario y en plena actividad.
Ceuta cuenta desde ayer con cinco nuevos letrados, que juraron el cargo
Más plantilla de letrados. Este es el resultado del acto que se celebró ayer en la sede del Ilustre Colegio de Abogados de Ceuta, ICACE, donde cuatro chicas y un hombre juraron el cargo, obteniendo ipso facto la cosecha tras una ardua labor académica.
De tal manera, Marta Priego Pérez, Carmen José García Ruiz, Rosa María Almario Martín, Cayetana Sánchez Gómez y Francisco Javier Casas Sánchez juraron el cargo en la sede de la que es, desde ya, su nueva casa. Arropados por sus respectivos padrinos y madrinas, así como de familiares y amigos, los nuevos letrados se mostraron “satisfechos” y “contentos”. A partir de ahora se abre una etapa profesional que, a buen seguro, será apasionante y, sobre todo, redundará en beneficio de la ciudadanía puesto que ejercerán una profesión vital, y por ende imprescindible, para el correcto y sano desarrollo de los países y sus respectivas sociedades.