Ayer mi compañera, nuestra compañera Rafi Carrasco, fue homenajeada por el IES Siete Colinas. Al igual que se viene haciendo todos los años con los docentes que se jubilan, el centro organiza un acto lleno de emotividad y nostalgias contenidas, y más en tiempo de pandemia.
Desde que pisé tierra ceutí, he compartido con mi compañera infinidad de anécdotas y recuerdos que han jalonado un mundo mágico, una “Albanta” imaginaria y real como la que compuso Aute en una canción dedicada a su hijo.
Desde el primer día que coincidimos en la Sala de Profesores del Siete Colinas, nos unió una amistad, una camaradería y complicidad que se sigue manteniendo hasta el día de hoy.
Rafi nació en Setenil, un pueblo de la Andalucia profunda lleno de tradiciones y leyendas. Su padre puso empeño en que sus hijas estudiaran y se alejaran de un ambiente rural con poca proyección cosmopolita.
Así, marchó a Málaga, una ciudad muy desconocida y literaria, como la Barcelona que contara Carmen Laforet en su libro Nada.
Al terminar sus estudios de Filología se incorporó a la docencia, siempre acompañada por un vitalismo contagioso lleno de empatía y ternura; tal vez por los cientos de libros leídos que andaban por su cabeza.
Rafi pasó un tiempo como lectora por la Francia de la Sorbona, dejó un reguero de literatura en todos sus destinos: escuela privada, escuela pública, Universidad a Distancia, clubs de lectura, institutos, incluso ahora con su nieta, que le susurra cuentos.
Me es complicado hablar de Rafi sin luchar contra un nudo en la garganta. Cuantos buenos y malos momentos hemos escrito: un viaje a Extremadura con los alumnos en pos del Teatro Clásico; allí nos despertaron de recepción por el jaleo de los chicos, ella salió con un traje de noche y una inmensa flor en la solapa. Me confesó que en realidad era un pijama que había adquirido para la ocasión. Otra de las anécdotas ocurrió en esa excursión: ir al cine a ver una película de Almodóvar, ‘Volver’, quedarnos los dos dormidos e inventarnos la película.
Así es mi compañera del alma, un rayo que no cesa, una esperanza donde habita el olvido, un romance al prisionero, el almendro de nata de Miguel Hernández, los labios guardados de Cernuda, el polvo enamorado de Quevedo, la Dulcinea de Cervantes y la Fermina Daza de García Márquez.
Ahora tendrás más tiempo para ser más libre con los libros... Tienes que volar con la Alfombra de la Literatura llevando en ella a tus nietos, a tus hijas, a Curro, que te necesita y te ama más que nunca.
Brindo por ti, por haberme llevado al universo de las palabras.
Gran profesional, excelente compañera y mejor persona.