Es una inmensa alegría para Ceuta ver que se hace realidad un proyecto como el del Centro Cultural Estación del Ferrocarril. Por una parte, la ciudad salda una deuda con su historia y recupera de la mejor manera un edificio emblemático que habla de un pasado pujante cuando la locomotora ahora restaurada hacía el trayecto con Tetuán en los años del Protectorado. Una reivindicación del pasado local con una gran idea de futuro, la de expandir la programación sociocultural en un espacio que parte con la idea de convertirse en un referente a la hora de organizar eventos y de ofrecer un lugar de encuentro y estudio a los caballas.
La nueva sede de la Fundación Premio Convivencia se presenta como un elemento muy importante para dinamizar la ciudad. Este proyecto saca ligeramente la actividad de las murallas y busca avivar la agenda de barriadas como la propia zona de la antigua estación en la que seguro se integrará muy positivamente. Un espacio multidisciplinar en el que conviva la realidad de las cuatro culturas de Ceuta y que conjugue el atractivo de propuestas culturales diferentes, exposiciones y la acogida para aquellas personas que necesitan estudiar o formarse.
Complementa así a las bibliotecas y museos propios de la ciudad. Y es que la Estación del Ferrocarril es desde ya también un ingrediente innovador para la vida social ceutí e, incluso, para los turistas que pueden acercarse a conocer una joya histórica como la locomotora que hacía la línea Ceuta-Tetuán. Un lujo para los amantes de lo ferroviario.
Es cierto que el proyecto se ha demorado mucho y no ha estado exento de cierto gafe, pero eso ya queda atrás. Ahora, Ceuta tiene un nuevo tren cultural al que subirse.