Alumnos, compañeros y amigos decidieron darle un merecido homenaje a la profesora de la Facultad de Humanidades Mari Fortes, que ha estado dando clases de literatura y lengua durante 37 años. Ha llovido desde el año 74 cuando Mari Fortes llegó a la Facultad de Humanidades, conocido en nuestra ciudad por Magisterio, para dar clases de Literatura y Lengua. Durante 37 años ha estado impartiendo sus conocimientos de esta asignatura, pero también montó un grupo de teatro con compañeros y alumnos. Antes estuvo destinada en institutos de Ronda y de La Línea de la Concepción, donde empezó a dar clases. Cursó sus estudios en Granada y su familia era muy conocida en la ciudad, pues su padre Sebastián era el propietario de la Bodega Fortes en la Calle Jaudenes.
Además también ha intervenido en el Aula de Mayores y siempre se le ha visto muy implicada en todo tipo de actividades culturales.
“Ha sido una estupenda madre. Siempre nos ha apoyado en todas nuestras decisiones y la base de nuestra excelente relación ha sido la comunicación que ha existido entre todas las partes”, comentaron sus hijas Irene y Esther, muy unidad también a actividades culturales en nuestra ciudad.
Aunque todavía hubiese podido dar algunos años más clase, Mari tenía claro que “había llegado el momento de parar. Tenía demasiadas obligaciones y estaba cansada. Ahora estoy mucho más relajada y creo que ha sido positivo tomar esta decisión de prejubilarme”. Ayer recibió el homenaje de muchos amigos. “Con alguna de las personas que hoy me acompaña he estado más de treinta años trabajando, con otros un poco menos, pero la unión ha sido muy fuerte. Hemos pasado grandes momentos, pero también alguno mal. Me quedo siempre con los primeros. Ahora mismo no se me ocurre ninguna anécdota pero tengo muchas”.
Recibió varios regalos de sus compañeros.