El 6 de marzo de 2022 la Guardia Civil encontraba unos restos óseos, ropa de trekking y un teléfono móvil en una vaguada en la zona del Renegado de Ceuta. Hoy, cumplido el año de ese hallazgo y agotada cualquier posible investigación sobre su origen, la autoridad judicial ha ordenado que se proceda a la inhumación de esos restos.
En uno de los nichos ubicado en la calle Santa Beatriz de Silva del cementerio de Santa Catalina se han depositado las dos cajas con los restos que fueron encontrados después de que un cazador los hallara en una loma.
La Funeraria Al-Qadar ha procedido a su traslado hasta el cementerio, en donde ya esperaban a primera hora de esta mañana los trabajadores para proceder a su introducción en el nicho número 50.
La Policía Judicial del Instituto Armado abrió una investigación nada más tenerse conocimiento de estos hechos para intentar conocer la identidad de la persona a la que pertenecían los restos óseos. Se llegaron a remitir muestras específicas a laboratorios especializados.
Ninguna correspondía con el banco de identidades de personas dadas por desaparecidas o sobre las que constara algún tipo de denuncia.
Se cierra así una historia con la incógnita de no saber quién fue la persona fallecida, de desconocer qué hay detrás de este caso.
No se obtuvieron resultados del análisis de esos restos, pero tampoco de la ropa encontrada ni del teléfono que no disponía siquiera de tarjeta ni pudo comprobarse por tanto la información que tenía almacenada.
Se agotaron las vías de investigación y a nivel forense tampoco pudo avanzarse en una identificación que hubiera arrojado algo de luz sobre la identidad del fallecido. Lo único concluyente es que esos restos no cuadran con ninguno de los casos denunciados en Ceuta. ¿Quién era? Eso es lo que nunca se ha podido saber. El caso quedó judicializado en el número 1.
Y QUE EL CUERPO DE POLICIA NO DE NI QUIEN HISO ESTO NI QUIEN ES ? NO ME LO PUEDO CREER