Ha funcionado como una cadena perfecta:
Bomberos, Policía Local, el 112-Ceuta y la cuidadora de la colonia de
gatos de Pedro Lamata. Gracias a esa conjunción de esfuerzos y el haber compartido un mismo sentimiento, salvar la vida a un minino, se ha puesto el punto y final feliz a esta historia de
rescate. Todo ha comenzado esta tarde, en torno a las 16:00 horas, cuando la cuidadora de Ícaro -así se llama el protagonista de esta historia- se ha cerciorado de que el felino se había subido a lo alto de las
Murallas Meriníes.
Asustado, no podía bajar por sus propios medios. Y así, el gato que tiene un nombre de mitología griega y que rinde homenaje a quien quería volar tras estar prisionero en la isla de Creta no hacía más que maullar e ir de lado a lado de las Murallas. La cuidadora alertó a Comunidad Gatuna y
cumpliendo el protocolo llamó al 112 para informar de lo sucedido. Esta vez sí que se funcionó con éxito movilizándose a Bomberos y a la Policía Local para que cortara el tráfico en el momento en el que el gato lograba bajar. Corriendo horas después, ya en libertad, Ícaro volverá a su colonia después de una aventura que ha terminado como debía.
Los Bomberos han dispuesto todos los medios para colaborar a la bajada del gato que se había ocultado por miedo en uno de los huecos de las Murallas. Mientras la Policía evitaba que algún coche lo atropellara después de salir corriendo. Como colofón a esta historia de agradecimiento los presentes han ofrecido un aplauso al gran Ícaro que vuelve a ser un gato feliz, con su vida de gato y sus preocupaciones de gato bien alejadas de subirse a unas Murallas como ha hecho esta tarde. Ya se sabe que la curiosidad siempre domina a estos felinos.